Hombres que permanecen
Pastor Kevin Wynne
Dios Busca Hombres Firmes en su Llamado
Dios desea que su mensaje sea escuchado y obedecido. No busca prestigio o reconocimiento para el predicador, sino que la gente ponga atención a su palabra. En la Biblia, vemos cómo Dios usó ilustraciones y acciones dramáticas para captar la atención de su pueblo.
El profeta Ezequiel es un claro ejemplo de esta estrategia divina. En Ezequiel 4:1-4, Dios le ordenó hacer una representación de Jerusalén sitiada y acostarse sobre un lado durante 390 días y luego sobre el otro lado por 40 días, simbolizando el juicio venidero. Dios quería que el pueblo entendiera la seriedad de su pecado y las consecuencias que traería.
La Importancia de la Fidelidad
Dios espera que los creyentes sean firmes y constantes en su obra. Como lo dice 1 Corintios 15:58:
"Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano."
Hoy en día, hay muchas distracciones y tentaciones que pueden hacer que un cristiano se desvíe de su llamado. Sin embargo, debemos recordar que Dios no cambia. Cuando Dios nos llama a servirle, él espera que nos mantengamos fieles, sin importar las circunstancias.
No Hay Defensa Contra el Juicio de Dios
El pueblo de Israel confiaba en sus muros y ejércitos para protegerse, pero olvidaron lo más importante: si Dios no está con nosotros, ninguna defensa es suficiente. Como dice Isaías 54:17:
"Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová."
Esto también es una advertencia: cuando Dios está en contra de nosotros, nadie puede librarnos. La confianza en líderes humanos, sistemas políticos o estrategias humanas no puede reemplazar nuestra dependencia total en Dios.
No Pongamos Nuestra Fe en Hombres
En la actualidad, muchos ponen su confianza en líderes políticos o en sistemas humanos para solucionar los problemas del mundo. Pero la Biblia nos advierte en Jeremías 17:5:
"Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová."
Nuestra confianza debe estar en Dios, no en instituciones humanas. Solamente él puede traer verdadera paz y seguridad.
Dios es Inmutable: El Hombre Debe Cambiar
Uno de los mensajes más claros en la predicación del Pastor Wynne es que Dios no cambia. Su palabra es firme y sus promesas son eternas. Como dice Hebreos 13:8:
"Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos."
Si Dios no cambia, entonces el que debe cambiar somos nosotros. Debemos arrepentirnos de nuestras malas decisiones y volver a Dios.
La Necesidad del Avivamiento
Hoy en día, muchas iglesias han dejado de predicar la verdad con firmeza. Se han vuelto cómodas y temerosas de ofender. Pero Dios nos llama a ser fieles y a no tener miedo de proclamar su palabra.
"Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión." – Isaías 58:1
Un verdadero avivamiento empieza cuando los cristianos se humillan, oran y buscan el rostro de Dios. Como dice 2 Crónicas 7:14:
"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra."
Un Llamado a la Decisión
Cada persona tiene que decidir qué hará con el mensaje de Dios. Como dice Josué 24:15:
"Escogeos hoy a quién sirváis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová."
Dios nos llama a tomar una decisión firme y a mantenernos en ella. No podemos ser cristianos de doble ánimo, como advierte Santiago 1:8:
"El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos."
Es hora de dejar la tibieza espiritual y comprometernos completamente con Dios.
Conclusión
El mensaje del Pastor Kevin Wynne nos desafía a permanecer firmes en nuestra fe y a no apartarnos del camino de Dios. No hay defensa contra su juicio, pero también no hay límites a su gracia para aquellos que se arrepienten.
Dios está buscando hombres y mujeres valientes que no se avergüencen del evangelio, que prediquen la verdad sin temor y que vivan con fidelidad. La pregunta es: ¿Eres uno de ellos?
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