Texto Bíblico: Proverbios 30:8-9
8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;
9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.
Introducción
Jesús condenó el desequilibrio en la vida de los fariseos en Mateo 23:24-25, y en Proverbios 30:8-9, Salomón le pide a Dios un equilibrio en su vida. A lo largo del Nuevo Testamento, se nos advierte sobre los peligros del desequilibrio y la necesidad de mantener un balance en nuestras vidas.
El Desequilibrio en la Vida Cristiana
En 1 Juan 2:15-17, se nos advierte sobre el amor al mundo y los deseos de la carne. Lucas 12:15 nos previene contra la avaricia, y Efesios 5:18 nos advierte sobre los excesos. Estos pasajes resaltan el peligro de enfocarnos demasiado en un solo aspecto de la vida cristiana.
El Equilibrio es Clave
Dios es amor, pero también es fuego consumidor (Hebreos 12:29). El cielo es real, pero también lo es el infierno (Romanos 2:6-8). Debemos tener celo por Dios, pero también sabiduría (Romanos 10:1-3). No podemos sembrar sin segar, ni segar sin haber sembrado (Gálatas 6:7; 2 Corintios 9:6-8).
Equilibrio en la Iglesia
Mateo 28:19-20 y Hechos 6:2-4 nos enseñan que no podemos alcanzar sin enseñar, ni enseñar sin alcanzar. En la iglesia, puro trabajo resulta en fatiga, y puro compañerismo resulta en pecado (Proverbios 10:19). Necesitamos trabajo y compañerismo para un ministerio balanceado (Hechos 2:46).
Oración para el Equilibrio
Debemos orar para ser conscientes, discernientes, disciplinados, enérgicos, amistosos, generosos, gentiles, santos, de buen humor, leales, mansos, progresivos, modernos, auto dependientes, firmes, diplomáticos, inmovibles, contentos, y confiados, evitando siempre los extremos.
Evitando el Desequilibrio
Es importante evitar el desequilibrio en todas las áreas de la vida cristiana:
Bautismo, no regeneración bautismal.
Comunión, no transubstanciación.
Ser lleno del Espíritu, no hablar en lenguas descontroladamente.
La segunda venida, sin fijar fechas.
Meditación y oración, sin aislarse en monasterios.
La soberanía de Dios, no hipercalvinismo.
Separación, no aislamiento.
Música en la iglesia, sin reemplazar la predicación.
Conclusión
Necesitamos ser equilibrados en familia, trabajo, santidad, libertad cristiana, iglesia y actividades seculares. Dios se agrada del equilibrio (Proverbios 16:11; Proverbios 11:1). Busquemos vivir una vida balanceada que honre a Dios y refleje su justicia.
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