El mensaje espiritual de 1 Corintios 2:6-16 y 3:1-4 se dirige a aquellos que han alcanzado la madurez en la fe, y es un mensaje que va en contra de la sabiduría y mentalidad del mundo. Este mensaje no es algo que pueda ser comprendido por completo por nuestra capacidad humana, ya que es revelado por el Espíritu Santo.
El mensaje es misterioso y revelado en parábolas para aquellos que buscan comprenderlo con sed del mensaje espiritual. El Espíritu Santo reveló el mensaje espiritual a los escritores de la Palabra de Dios y lo expone a través de la predicación y enseñanza en la iglesia.
Es importante entender que si el mensaje no ha sido revelado por el Espíritu Santo, entonces no es de Dios. A menudo, las religiones y líderes que buscan promover su propia sabiduría humana y doctrinas se presentan como portadores de la verdad divina, cuando en realidad no lo son.
El mensaje que recibimos determina el espíritu que tenemos. Cuando recibimos el mensaje del mundo, estamos recibiendo el espíritu del mundo, y cuando recibimos el mensaje de Dios, estamos recibiendo el Espíritu de Dios. Es crucial tener en cuenta que, si intentamos acomodar el mensaje espiritual a nuestra vida carnal, nunca podremos comprenderlo por completo.
El hombre natural, ya sea inconverso o cristiano, nunca podrá comprender el mensaje espiritual mientras lo trata de aplicar a una vida carnal. Esto es una locura, ya que no tiene sentido discernir espiritualmente mientras no se busca vivir una vida espiritual.
El mensaje espiritual de 1 Corintios 2:6-16 y 3:1-4 nos muestra que es importante buscar la sabiduría y la comprensión espiritual, ya que es el único camino para vivir una vida verdaderamente espiritual. Debemos buscar la guía del Espíritu Santo y estar dispuestos a dejar de lado nuestra propia sabiduría humana para recibir la verdad divina.
Al final del día, debemos recordar que la sabiduría de este mundo y los principios mundanos perecen, mientras que el mensaje espiritual de la Palabra de Dios es eterno. Debemos enfocarnos en lo que es duradero y no en lo pasajero, y buscar una comprensión más profunda del mensaje de Dios para vivir una vida plena y espiritual.