Que ninguno perezca
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2 Pedro 3:9-12
Reina-Valera 1960
9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
Introducción
Según Segunda de Pedro 3:9-12, el tiempo se está acabando para poder alcanzar a las almas las cuales el Señor no quiere que perezcan.
Hermanos, la urgencia de predicar el Evangelio a toda criatura, nunca ha sido tan apremiante. Nunca, en la historia de la iglesia, hemos visto una necesidad tan profunda o una tarea tan enorme.
Estamos viviendo en los postreros días. Los eventos del mundo, en cuando a lo político, lo social y lo moral nos indican que estamos viviendo días muy parecidos a los días de Noé.
Mire Mateo 24:37-39. Recuerde que dijo Jesús que era una señal de su venida – del día del Señor: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.”
No hay duda de que estamos viviendo en días como los de Noé. Por cada lado, vemos a la humanidad vivir sus vidas como si no hubiese consecuencias. En la mayoría de los países hoy en día, se esta legalizando el homicidio de bebes en el mismo vientre de sus madres. El lugar más seguro del mundo, se está convirtiendo en un matadero.
En la mayoría de los países del mundo se esta legalizando la unión civil entre hombres y entre mujeres. Le llaman “tolerancia” uno de los pecados que Dios menos tolera.
Mire 2 Timoteo 3:1-5. Dígame si esto no describe los días en los que vivimos. “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.”
Mire 2 Pedro 3:3-4. Hay personas hoy en día que no creen que el Señor viene pronto. ¡Eso mismo es una indicación de que viene pronto! “sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.”
Y en nuestro pasaje, (mire 2 Pedro 3:10) vemos que el “día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.”
Mire Mateo 28:18-20. La verdad, hermanos, lo que esta sucediendo es que se está acabando el tiempo para que nosotros, la iglesia del Nuevo Testamento, pueda lograr cumplir con la Gran Comisión que se nos ha dado. El Señor Jesus nos encomendó esto en Mateo 28:18-20, diciendo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.“
Ahora, puesto que el tiempo se nos ha dado esta comisión y puesto que el tiempo se está acabando, y puesto que el Señor no quiere que ninguno perezca, la responsabilidad de alcanzar a cada uno cae sobre nosotros.
Es nuestra responsabilidad ir a decirles a los que están dentro de nuestro alcance y de proveer para que otros vaya a decirles a los que están fuera de nuestro alcance acerca de la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesucristo.
Aunque este mundo nunca ha estado en problemas tan serios y nunca se ha visto pecado como el que reina en el planeta el día de hoy, el humanidad está hambrienta por el evangelio – la buenas nuevas de la salvación.
Hay países a donde los Cristianos nunca nos hubiéramos imaginado poder entrar que se están abriendo al evangelio. Hay regiones del mundo a donde ni un misionero ha ido que están listos para recibir a los que han de ir. Países comunistas como Cuba, Rusia, China, Korea. Países islamices como Arabia Saudita, Líbano, Siria y Iraq. Regiones antes incomunicados se están alcanzando por misioneros como Victor Gallo y otros misioneros Mexicanos.
Hace 25 años, los misioneros Mexicanos solo iban a países de habla hispana. Gracias a Dios por hombres como Manuel Sánchez y Fidel Siva. Ellos han establecido un fundamento sobre el cual otros puedan ir. Pero hoy en día, hay misioneros Mexicanos que están lleno a lugares que misioneros de otros países como lo EEUU nunca irían.
Dios está obrando a travez de Mexico para alcanzar al mundo entero con el evangelio. Pero hay un problema. Entre más bendice Dios a México y a iglesias Mexicanas y a Cristianos Mexicanos, más los Cristianos Mexicanos se están afanando por las cosas del mundo que por las cosas de Dios.
Dios ha bendecido a este país. Critca la corrupción si quieres. Habla de crisis si quieres, pero Mexico está mucho mejor hoy de lo que estuvo hace 50 años mientras que otros países están peor de lo que estaban. Es una indicación de la bendición de Dios.
Yo doy gracias a Dios por Mexico. Doy gracias a Dios que nací en este país. Doy gracias a Dios que mis hijos nacieron en este país. Pero temo por México – que así como Dios bendijo naciones en el pasado que se preocuparon por enviar el evangelio al mundo, naciones como los EEUU e Inglaterra, los Cristianos Mexicanos se afanen mas por las cosas del mundo que por los perdidos del mundo y Dios quite su mano de bendición y de provisión de este país.
Hermanos, estamos viendo avivamiento en Mexico. Estamos viendo a Dios llamar a misioneros al extranjero y si queremos que Dios nos bendiga, tenemos que ponernos en serio en cuanto a la obra misionera.
Tenemos que considerar seriamente la parte que vamos a tener en enviar misioneros a las comunidades y municipios de nuestro país para que haya más iglesias para enviar misioneros al extranjero.
Tenemos que considerar seriamente la parte que vamos a tener en enviar evangelistas a las iglesias de Mexico para la perfección de los santos.
Tenemos que considerar seriamente la parte que vamos a tener an enviar misioneros al extranjero.
Usted y yo tenemos una oportunidad única de participara en la obra más importante del planeta. Tenemos la oportunidad de tener parte en ver a miles, sino es qué millones, de almas salvas a través de los esfuerzos de los pastores, evangelistas y misioneros que apoyamos.
Apoyar a un misionero no es simplemente enviarle dinero. Es asociarnos con él para la ganancia de almas. Es entrar en convenio con el para que cada alma que él gane sea añadida a la cuenta de él y a la cuenta de nosotros al mismo tiempo.
Es un compromiso económico como espiritual de sostener la soga apoyando financieramente y a través de la oración para que pueda llegar y permanecer en el lugar al que haya sido llamado por Dios.
Cada peso que Usted da para la obra misionera se invierte en los ministerios de misioneros que ganan, entre todos, miles de alms al año al rededor del mundo.
Hermano, lo que invertimos no se ve y no se aprecia aquí, pero somos parte de la promesa del que habla Pedro. Dios no retarda esa promesa. La promesa es la salvación de las almas. La promesa para el que no conoce a Cristo es que algún día llegará un misionero a su ciudad o a su pueblo para darle las buenas nuevas de la salvación que es en Jesus.
Cuando damos nuestro ofrenda misionera promesa de fe, estamos participando en esa promesa.
Hermano, mientras que nosotros nos congregamos en este lugar, disfrutando las verdades de la Palabra de Dios y seguros de nuestra salvación, en algún lugar del mundo, hay una persona – quizás un niño o una niña, a lo mejor un joven o una señorita, a lo mejor un hombre o una mujer – que se acuesta en la noche pensando si habrá un Dios que le ama. Se duerme dudando de su vida eterna. Vive en incertidumbre y bajo la opresión del engaño de Satanás. Pero al mismo tiempo, hay un Cristiano que ha sido llamado como misionero a ese lugar. Quizás se esta decidiendo por ir o no ir. A lo mejor está haciendo diputación, visitando iglesias, levantando unos pesos par el pasaje para poder ir a ganar almas en ese mismo lugar.
Es triste que, en la mayoría de los casos, el obstáculo mas grande para que un misionero vaya al campo es la misma iglesia en donde no hay miembros que quieran invertir para que vaya.
¿Cuántas personas morirán sin Cristo hoy, porque nosotros fuimos negligentes en enviarles misioneros ayer? Eso no tiene que quedarse así. El Señor no quiere que ninguno perezca.
Si el Señor no quiere que ninguno perezca, eso quiere decir:
Él proveerá obreros para la mies.
Mateo 9:35-38 “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.”
Si oramos por obreros para la mies, el enviará obreros a la mies. Si rogamos por misioneros, el llamará misioneros.
Él proveerá iglesias que los capaciten.
Efesios 4:11-12 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo…”
Él proveerá dinero para los envíen.
Mire 2 Corintios 8:1-9 “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; 2 que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. 3 Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, 4 pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. 5 Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios; 6 de manera que exhortamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de gracia. 7 Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia. 8 No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro. 9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.”
Pablo nos cuenta cómo hubo unas iglesias en la region de Macedonia que aunque eran pobres, dieron grandes ofrendas para la obra misionera. Pablo le dice a la iglesia de Corinto, “Ustedes no son pobres. A lo mejor no son ricos en recursos económicos, pero tienen abundancia de fe, palabra, ciencia, amor y gracia.” Y les dice: Recuerden cómo Jesus, siendo rico, se hizo pobre para que Usted tuvieran la riqueza de la vida eterna.”
Hermanos, la Iglesia Bautista Monte Hebrón no se compone de gente rica. La mayoría de nosotros no tenemos muchos recursos económicos, pero podemos ser como las iglesias en Macedonia, que dieron de su pobreza. Podemos ser una iglesia que abunda en fe, en palabra, en ciencia y en amor, que abunde también en la gracia de dar para la obra misionera.
Conclusión
Hoy vamos a renovar nuestra promesa para nuestra ofrenda misionera.
No prometa dar a misiones si no está diezmando.
No prometa dar a misiones basado en emociones. Báselo en lo que Dios quiere que Usted dé.
No prometa dar a misiones si no piensa cumplir.
El Señor no quiere que ninguno perezca, nosotros no podemos alcanzar a todos, pero podemos tener una parte importante en la obra misionera. Podemos alcanzar a los que Dios nos ha puesto para alcanzar.