No Ignores Tus Convicciones
Hermana Jessica Gonzalez
La enseñanza de la hermana Jessica González nos lleva a reflexionar sobre la importancia de vivir con convicciones firmes basadas en la Palabra de Dios. Como hijas de Dios, nuestras convicciones deben definir quiénes somos, cómo actuamos y cómo glorificamos a nuestro Señor. A lo largo de esta enseñanza, exploramos el impacto de nuestras convicciones en nuestra vida diaria y cómo Dios nos llama a mantenernos firmes en ellas.
¿Qué son las Convicciones?
Antes de profundizar, es fundamental comprender qué significa tener convicciones. La hermana Jessica nos da tres definiciones clave:
Un veredicto de culpabilidad que se dicta en la corte.
Una creencia sostenida con firmeza, como nuestra fe en que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Un sentimiento de culpabilidad que proviene del Espíritu Santo, cuando nos alejamos de lo que Dios desea para nosotras.
Las convicciones relacionadas con la fe deben marcar una diferencia en nuestra vida y guiar nuestro comportamiento.
¿Cuándo Debemos Sentir Convicción?
1. Cuando No Somos Diferentes
El cambio en una persona que ha aceptado a Cristo debe ser evidente. La Biblia nos dice en 2 Corintios 5:17:
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."
Si nuestras acciones, actitudes y forma de vida no han cambiado desde que conocimos al Señor, debemos sentir convicción. No podemos seguir viviendo como antes si ahora somos nuevas criaturas en Cristo.
2. Cuando No Reflejamos una Actitud Cristiana
Nuestra actitud debe reflejar el amor de Cristo. En Mateo 5:16, Jesús nos dice:
"Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."
Si nuestro comportamiento refleja enojo, altanería o falta de amor, debemos arrepentirnos y pedirle a Dios que transforme nuestro carácter para que otros puedan ver a Cristo en nosotras.
3. Cuando Nuestra Forma de Vestir No Honra a Dios
No se trata de imponer reglas humanas, sino de buscar la dirección de Dios. Cada hija de Dios debe preguntarse: ¿Mi forma de vestir glorifica a Dios? Si la respuesta nos genera convicción, debemos ajustar nuestra vestimenta de acuerdo con los principios bíblicos.
4. Cuando No Compartimos el Evangelio
Como cristianas, debemos sentir convicción si no estamos compartiendo el mensaje de salvación. Hechos 13:47 dice:
"Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra."
El mundo necesita escuchar del amor de Dios, y nosotras somos responsables de compartirlo. No podemos ignorar nuestra misión de ganar almas para Cristo.
5. Cuando No Somos Leales a Dios
La lealtad a Dios significa permanecer firmes en nuestra fe, sin importar las circunstancias. En Salmos 12:1, el salmista clama:
"Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres."
Nuestra lealtad se demuestra a través de la oración, la lectura de la Biblia y nuestra fidelidad a la iglesia. No debemos jugar al cristianismo, sino ser genuinas en nuestra relación con Dios.
Conclusión
Es tiempo de que las hijas de Dios nos mantengamos firmes en nuestras convicciones. No podemos ignorar aquello que el Espíritu Santo nos muestra que debemos cambiar. Nuestras convicciones definen quiénes somos y pueden glorificar a Dios o alejar a otros de Él. Evaluemos nuestras vidas y permitamos que Dios obre en nosotras para que seamos luz en este mundo.