En el pasaje que leímos, vemos a Jesus predicando a una casa llena, no había lugar para la gente. Había algunas personas fuera — gente por todos lados.

Así hay algunas iglesias hoy en día. Nuestra iglesia, podría relacionarse con este pasaje en algunas ocaciones — gente por todos lados.

En ese grupo, como en la iglesia de hoy, había tres tipos de personas. Esas tres clases de personas existen en la membresía de esta iglesia. No es mi intención ser muy directo con este mensaje. No lo preparé con alguien específico en mente, pero seguramente Usted se va a ver reflejado en este mensaje.

El primer tipo de miembro de la iglesia que quiero que vea es:

I. El que está satisfecho con el pecado.

Marcos 2:6-7 “Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?”

Este es el grupo de miembros de la iglesia que son religiosos, pero que están perdidos.

Este grupo estaba hablando del Hijo de Dios. Los escribas eran religiosos, pero estaban perdidos. Nunca habían buscado la verdad de la salvación. Era agradable para ellos estar cerca de la actividad de la obra de Dios para ver que pasaba, pero no les interesaba arrepentirse de su pecado para ser salvos y vivir la vida Cristiana.

Cada iglesia tiene un elemento como este. Dice el vs. 6 que “estaban allí sentados”. Me recuerda a la silla de los escarnecedores — “allí sentados” sin hacer nada, pero cómo hablan… y hablan… y hablan… y hablan. Critican todo lo que se hace.

Dice que “cavilaban” en sus corazones. Esta palabra es, en el griego “dialogizomai” de donde vienen nuestra palabra “dialogo”, y la palabra razonar — estaban razonando, dialogando, platicando, criticando, analizando. Y así hay un grupo de gente en esta iglesia. A lo mejor no se sientan juntos. A lo mejor, ni se hablan entre ellos, pero en sus corazones — en el carro, de regreso a casa, después del culto, cavilan en sus corazones:

“El pastor se pasó del tiempo — no se acaba que decir.”
“El pastor predicó muy corto — no estudió.”
“Ni valió la pena el esfuerzo de salir de la casa para escuchar un sermon tan cortito.”
“El Hno. Javi dirige la música muy lento — cómo aburre.”
“Ay. El Hno. Javi dirije muy rapido, nos deja a todos atrás.”

Nunca están contentos con la iglesia, con el pastor, con la música, con nada de lo que se hace.  Pero con el pecado… sí están contentos.

Para algunos en este grupo, no para todos, pero para algunos, el pecado es natural o normal. Algunos de ellos nunca han experimentado la salvación — el nuevo nacimiento. No entienden lo que sucede en la vida y en el alma de una persona salva. Simplemente están allí sentado disfrutando su pecado.

Para ellos, el pecado es divertido. Lo planean. Se anticipan al pecado. Maquinan maneras de poder participar en el pecado. ¡Oh, no dejan que “los hermanos” se den cuenta! Su esposa no sabe. Su esposo no sabe. Sus papás no saben. El pastor no sabe, pero el pecado es parte de su diversión.

El pecado es atractivo. Nunca dejó de ser atractivo. No han aprendido a ver al pecado por lo que verdaderamente es — peligro, dolor, separación y muerte.

El pecado es normal. Increíblemente, así como la iglesia es parte de sus vidas, el pecado es parte de sus vidas. Es como si tuvieran una vida doble — igualmente contentos en la iglesia como en el pecado. Son religiosos profesionales. Saben que decir, como vestir, como caminar — por fuera, todo bien, pero son sepulcros blanqueados llenos de muerte y descomposición.

No solo eso, sino que el pecado es aceptable. Ellos no solamente participan en el pecado, sino que es aceptable para ellos que otros participen en el pecado. Por eso, muchas veces, estas personas se juntan en la iglesia. Por eso, hay parejas jóvenes que se conocen y se casan en la iglesia, pero que después de casarse, nunca los volvemos a ver — porque no eran lo que aparentaban. Eran pecadores, allí sentados, religiosos, esperando la oportunidad de salirse y hacer las cosas a su manera.

Esta clase de miembro de la iglesia disfruta la desnudez que sale en la tele. A veces, miran pornografía en el celular o en la computadora. Esperan que la esposa se salga de la casa por un rato para poder ver lo que quieran sin que ella los moleste. Tienen a sus modelos de pornografía favoritas. Se saben sus nombres y en qué páginas encontrarlas. Saben cómo hacer búsquedas con palabras claves para siempre sacar esa clase de pecado preferido.

El pecado es parte de la vida de estos miembros de la iglesia. No hay convicción, no hay arrepentimiento, no hay remordimiento. Es normal.

Usted se sorprendería del numero de miembros de iglesias Bautistas que frecuentan el pecado. Están satisfechos con el pecado. Lo disfrutan. Lo buscan. Lo desean.

No importa si va en contra de la Palabra de Dios. Ellos tienen su propio compendio de reglas. Pero si te enfrentas con esos miembros y les preguntas sobre su salvación, te van a contestar: “claro que soy salvo”. De hecho, se molestan si les preguntas.

Mire Mateo 7:21-23…

Si esto describe en alguna manera, su vida, Usted necesita ser salvo. Yo no estoy diciendo que si tiene un pecado no confesado en su vida que no es salvo. Estoy diciendo que si Usted puede vivir con pecado sin que le afecte su conciencia, Usted probablemente no es salvo.

Mire Mateo 7:21-23 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

El siguiente tipo de miembro de la iglesia que quiere que vea es:

II. El que está satisfecho con la salvación.

El primero es el que esta satisfecho con el pecado. Este está satisfecho con la salvación.

Mire el vs 4: “Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.”

Esta es la “multitud”. Este grupo de miembros de la iglesia, es la mayoría — la multitud. Siempre estorban. Están ahí parados mirando, pero nunca haciendo nada.

¡Son salvos! Pero eso es todo. ¡Cuanta gente había! Estaban por todas partes. Y las iglesias están llenas de miembros que siempre están ahí, pero no contribuyen nada para la obra de Dios — ni económica, ni físicamente. Simplemente ocupan espacio. Siempre estorban. Insisten en ser parte, pero no hacen nada. Quieren recibir, pero no dan.

No se me ofenda, no estoy hablando de todos. Estoy hablando de algunos. Pero, es como aquellos que tienen décadas asistiendo a la iglesia, pero todavía dependen de la ruta para venir. Dije que no se ofendiera. No estoy hablando de todos.

Están seguros de su salvación. Pero el problema es que están satisfechos con su salvación. Nunca han entregado sus vidas al Señor. De hecho, a lo mejor NO son salvos. No quieren crecer en el Señor. No quieren crecer en su vida Cristiana. No quieren avanzar, mejorar, madurar. Son niños, siempre consumiendo, pero nunca creciendo.

De hechos, son los que se ofenden con esta clase de predicación. Están tan preocupados por ellos mismos que no viven para otros y cuando se les acusa, tienen mil y una excusas de por qué “no se puede”. “Este esta iglesia no me ayuda.” “Es qué aquí no se trata con amor.” “Es que no me toman en cuenta.” “Es que no me reconocen.”

Viven chillando que nunca se les da el reconocimiento que se merecen por haber dado sus vidas en la iglesia. Normalmente esa clase de gente son los más parasíticos, ingratos, egoístas, amargados y menos contribuyentes (por no decir inservibles) que pueda haber.

Cuando menos no están sentados. Están parados. Pero no sirven. No quieren que otro tome su lugar. No quieren que otro le estorbe de poder ver lo que sucede. Simplemente están parados sin hacer nada. La mayoría del tiempo, criticando. No visitan. No cantan en el coro. No trabajan en algún ministerio. No ayudan en la cuna. No apoyan en la limpieza de las instalaciones. No diezman fielmente. No dan para la construcción. Vienen el domingo por la mañana y esperan que todo este listo para ellos.

No quieren ninguna responsabilidad. Quieren tener los fines de semana libres. Quieren quedarse dormidos el domingo. Quieren libertad. No quieren venir el miércoles. Esta es la clase de persona que le gusta sentarse hasta mero atras. No se me ofendan. No estoy hablando de todos. Aveces se sientan mero adelante, o al lado de una puerta, o mero en medio.

No tienen una carga por los perdidos. No les importa si sus vecinos se van al infierno. No apoyan la obra misionera. La realidad es que este grupo es un 80% de la membresía de la iglesia. No todos son iguales. Algunos son más activos que otros. Algunos saben cuánto es el mínimo que tienen que hacer para pasar por “buenos Cristianos”, pero la mayoría están en este grupo general — la multitud.

No se conforman al 100% con las normas de separación del mundo. Se molestan cuando el pastor actúa de una manera decisiva. Tratan de estar en el perímetro.

Y, en la mayoría de los casos, están estorbando a los que sí quieren hacer algo para el Señor.  Una pregunta ¿usted está estorbando la obra de Dios? Esta gente estaba ahí escuchando a Jesus predicar. Pero estaban estorbando a un grupo de cuatro hombres que querían traer a un paralítico a Cristo.

Otra pregunta: ¿Usted es de la multitud o es de los cuatro? Usted está estorbando el esfuerzo evangelístico de su iglesia o es parte del esfuerzo evangelístico de su iglesia? ¡Es uno de dos! O es parte del problema, o es parte de la solución.

Recuerde que el primer grupo de miembros son los que están satisfechos con el pecado.

El segundo grupo es el que está satisfecho con la salvación.

El tercer grupo es…

III. El que solo se satisface con el servicio..

Vv 2-3 “E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.”

Este tipo de miembro de la iglesia solamente se siente contento cuando esta sirviendo a Cristo. Este tipo de miembro de la iglesia sirve a Cristo, le cueste lo que le cueste. Está dispuesto a dar y dar y dar y dar mas. Hará lo necesario para hacer avanzar el Reino de Dios.

No hay sacrificio demasiado grande. ¿Dónde está ese espíritu entre los miembros de nuestra iglesia? Creo que ya pasamos mucho tiempo estando cómodos. Ya, algunos, no quieren regresar a la iglesia. Algunos han disfrutado el tiempo de inactividad. Ya encontraron trabajos, hicieron negocios, en horario de cultos y ganancia de almas y no quieren regresar a la normalidad.

No me gusta ese término: “nueva normalidad”. Esa simplemente es una manera políticamente correcta de decir: las cosas nunca van a ser iguales. Algunos quieren una “nueva normalidad” en la iglesia. Quieren que las cosas cambien.

Le voy a decir algo: Si ha habido un tiempo en la historia de la iglesia en que debemos de redoblar esfuerzos, es ahora.

¿Qué pasó? Con los pocos dedicados. ¿Dónde están los de la minoría que estén dispuestos a traer a un pecador a los pies de Cristo aunque le cueste trabajo, aunque le cuesto tiempo, aunque le cueste esfuerzo… “no, mejor vamos a ganar almas virtuales”.

Yo quiero ganar a la gente de la manera que sea, pero necesitamos estar dispuestos a arriesgarnos, a ensuciarnos, a sudar un poco, a gastar dinero, a dar tiempo para que las almas sean salvas.

¿En qué grupo estás? ¿Eres de la multitud o de los cuatro?

Este tipo de miembro de la iglesia acomoda su horario al horario del ministerio.

Este tipo de miembro de la iglesia sale a ganar almas aunque esté lloviendo, enfermo, cansado…

De toda la gente que se junto ese día, solo cuatro hombres estaba dispuestos a traer a este pecador a Cristo. Solo cuatro encontraban satisfacción en servir. Solo cuatro se preocupaban por las almas perdidas.

Me pregunto si en ésta iglesia existe ese mismo porcentaje. No quisiera pensarlo — que solo haya cuatro personas en esta iglesia, verdaderamente entregadas a servir a Cristo.

¿Cuánta gente alcanzaríamos por semana si solo cuatro salieran a ganar almas?

¿Cuánta gente seria bautizada…?

¿Cuánta gente sería discípulos…?

¿Está Usted satisfecho? Algunos están satisfechos con el pecado. Algunos están satisfechos con la salvación? ¿Usted se satisface solamente con servir?

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