No Seas un Desertor: El Llamado a Permanecer Fieles
Introducción
La vida cristiana no es una carrera de velocidad, sino una de resistencia. Muchos comienzan con entusiasmo, llenos de gozo y convicción, pero con el tiempo, las pruebas, el cansancio y las distracciones del mundo los hacen desviarse del camino. Hoy hablaremos de un hombre en la Biblia que tuvo un buen comienzo, pero terminó abandonando la obra de Dios: Demas.
La historia de Demas nos advierte del peligro de desertar, de abandonar nuestra responsabilidad en la obra del Señor. Como creyentes, debemos permanecer firmes y fuertes en nuestra fe, sin permitir que el amor por el mundo nos aparte de nuestro propósito en Cristo.
1. Demas: Un Hombre con un Buen Comienzo
En la carta a los Colosenses, Pablo menciona a Demas como uno de sus colaboradores fieles:
"Os saluda Lucas el médico amado, y Demas." – Colosenses 4:14
Aquí vemos a Demas en buena compañía. Estaba junto al apóstol Pablo y a Lucas, el escritor del evangelio y del libro de los Hechos. No solo era parte del equipo de Pablo, sino que también estaba comprometido con la obra de Dios. Su servicio era notable, al punto de ser reconocido en la Escritura.
Más adelante, en la carta a Filemón, nuevamente es mencionado:
"Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores." – Filemón 24
Demas no solo acompañaba a Pablo, sino que también era llamado colaborador. Era alguien útil, comprometido y dispuesto a servir.
2. Un Fin Triste: El Deserción de Demas
Sin embargo, en 2 Timoteo 4:9-10, encontramos un giro triste en la historia de Demas:
"Procura venir pronto a verme, porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica."
¿Qué pasó con Demas? ¿Cómo alguien que había servido tan fielmente terminó abandonando el ministerio? La respuesta está en el corazón: amó más al mundo que a Cristo. Su devoción a la obra de Dios se vio opacada por su deseo de las cosas terrenales.
Esta es una advertencia para todos nosotros. No basta con comenzar bien, necesitamos terminar bien. Demas tuvo oportunidades, estuvo rodeado de hombres piadosos, escuchó la enseñanza de Pablo y participó en la obra de Dios, pero al final, su amor por el mundo lo llevó a la deserción.
3. ¿Qué Podemos Aprender de Demas?
Para evitar ser como Demas, necesitamos entender qué lo llevó a desertar y cómo podemos fortalecer nuestra fe.
A. No ames al mundo más que a Dios
Jesús nos advirtió sobre esto en Lucas 9:62:
"Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios."
Demas miró hacia atrás, y eso lo hizo caer. Cuando nuestro corazón está dividido entre Dios y el mundo, tarde o temprano terminaremos siguiendo aquello que más amamos.
Pregúntate hoy: ¿Dónde está mi mirada? ¿Estoy enfocado en Cristo o en las cosas del mundo?
B. Sirve a Dios con la motivación correcta
Demas trabajaba con Pablo, pero al final se demostró que su servicio no estaba basado en un amor genuino por Cristo. Tal vez lo hacía por obligación, por reconocimiento o por conveniencia.
Pablo nos recuerda en Colosenses 3:23-24:
"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís."
El verdadero servicio a Dios nace del amor y la gratitud, no del interés personal.
Pregúntate hoy: ¿Por qué sirvo a Dios? ¿Es por amor a Él o por otras razones?
C. Permanece fiel en las pruebas
El caminar cristiano no siempre es fácil. Habrá momentos de prueba, desánimo y oposición. Pero es en esos momentos donde se prueba nuestra fidelidad.
Pablo, a diferencia de Demas, permaneció fiel hasta el final:
"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe." – 2 Timoteo 4:7
Necesitamos determinación y compromiso para seguir adelante, incluso cuando las cosas no sean fáciles.
Pregúntate hoy: ¿Estoy dispuesto a ser fiel a Dios sin importar las circunstancias?
4. ¿Cómo Podemos Evitar Ser un Desertor?
Si queremos permanecer firmes en nuestra fe, necesitamos aplicar ciertos principios:
Mantén tu mirada en Cristo: No te distraigas con el mundo. Recuerda que nuestro verdadero hogar está en el cielo. (Colosenses 3:2)
Encuentra gozo en servir a Dios: No lo veas como una obligación, sino como un privilegio. (Salmo 100:2)
Rodéate de personas que fortalezcan tu fe: Busca comunión con hermanos que te animen en el Señor. (Hebreos 10:25)
No descuides tu vida espiritual: Ora, lee la Biblia y mantén una relación constante con Dios. (1 Tesalonicenses 5:17)
Determina en tu corazón ser fiel hasta el final: Como Josué, decide hoy a quién vas a servir. (Josué 24:15)
Conclusión
Demas tuvo un buen comienzo, pero terminó abandonando la fe. Su historia es una advertencia para nosotros. No basta con iniciar bien, necesitamos permanecer fieles hasta el final.
Hoy, Dios nos llama a evaluar nuestro corazón. ¿Estamos firmes en la fe o estamos en peligro de desertar? ¿Servimos con la motivación correcta? ¿Nuestro amor está en Cristo o en las cosas del mundo?
La invitación es clara: Seamos cristianos fieles, comprometidos y constantes en la obra de Dios. No seamos cristianos de "7 años", sino creyentes que sirven a Dios toda la vida.
Decide hoy: No seré un desertor. Permaneceré firme en mi fe. Serviré a Dios con amor y dedicación, porque Él es digno.
"Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida." – Apocalipsis 2:10