Daniel 3
Introducción
El libro de Daniel es un libro de profecía y de personas.
Nos da unos vistazos de los tiempos del fin
la entrada triunfal
la cruz
la destrucción de Jerusalén
el Anticristo
la tribulación
los gobernantes de los últimos tiempos.
Nabucodonozor es un tipo de los lideres mundiales de hoy.
Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego son tipos de los Cristianos de los últimos días.
Pasaron por tribulaciones, pero también tuvieron triunfos.
Acabamos de leer sobre tres hombres que fueron probados por fuego.
Nabucodonosor levanto su estatua de oro.
Ellos debían postrarse o ser quemados.
Obviamente, rehusaron postrarse, pero no se quemaron.
¿Qué podemos aprender de estos hombres para saber cómo debemos de comportarnos hoy en día?
Eran diferentes
Lea el v. 12
No respetaron ni al rey, ni a sus dioses, ni a su estatua de oro.
Jesús también fue diferente.
Fue justo en un mundo pecador.
Fue luz en las tinieblas.
Sus enseñanzas exigían un estilo de vida diferente.
Nosotros debemos de ser diferente, cambiados por el poder del evangelio.
Nacidos de nuevo, nuevas criaturas.
Los corintios cambiados – 1 Cor 6:9-11
Pablo cambiado – Fil. 3:7-10
Fueron intrépidos
Lea el v. 16
La emoción del cristianismo nuevo.
Asumir nuevas posiciones.
Arriesgar posición, trabajo, amigos.
Celo fresco para ganar almas.
Luego nos volvemos cautelosos.
Tan cautelosos que nunca testificamos.
Tan tolerantes del pecado que hacemos amistado con el mundo.
Tan conservadores que no hablamos de Cristo.
El andar por fe es intrépido.
Eran dedicados
Lea los vv. 17-18
Dios es capaz de librarnos.
Pero si no nos libra, aun así seremos fieles.
Usted tal vez está enojado con Dios. El no ha intervenido.
No sanó a tu ser querido.
No te ha provisto un trabajo.
No ha salvado a tus familiares.
Pero nota la total consagración
Son como Job “Aunque él me matare, en él esperaré” (Job 13:15)
Son como Jesús en Getsemaní.
Así debemos de ser nosotros.
Conclusión
Fueron librados. Lea los vv. 25-27
¡Y qué liberación!
Jesús andaba con ellos en medio del fuego.
Solo la cuerdas se quemaron.
El olor del fuego no se les pegó.
No siquiera un cabello se chamuscó.
¿Por qué? ¡Porque ya estaban ardiendo!
¡Se busca: Hombres llenos de celo!