Fuertes en el evangelio

Tres Claves para Cumplir la Gran Comisión

Todos los cristianos sabemos que somos responsables de predicar el evangelio. Es nuestra tarea hablar de Cristo, compartir nuestra fe y cumplir con la Gran Comisión que el Señor Jesús nos dejó en Mateo 28:19-20: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado..."

Sin embargo, ¿cuántas veces la Gran Comisión se convierte en la gran omisión en nuestras vidas? Muchas veces es el temor lo que nos paraliza. Pero, ¿cómo podemos superar ese temor y convertirnos en evangelistas efectivos? Este sermón nos ofrece tres palabras clave para ser fuertes en el evangelismo: compasión, comunicación y confianza.

La Primera Palabra: Compasión

La compasión vence el temor. Pablo lo expresó claramente en 1 Corintios 9:22: "Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles. A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos."

Antes de su encuentro con Cristo, Saulo el fariseo jamás habría dicho esto. Saulo despreciaba a los demás, los perseguía y hasta consentía en sus muertes. Sin embargo, su experiencia en el camino a Damasco lo transformó para siempre. Saulo pasó de ser un perseguidor a un predicador, lleno de compasión por los perdidos.

El ejemplo de compasión más grande es el de Jesús. En la cruz, el Señor demostró el amor perfecto al ofrecer su vida por nuestros pecados. Si verdaderamente entendemos el destino eterno de las almas sin Cristo, nuestra compasión nos impulsará a superar cualquier reserva o miedo.

  • Cuando vemos una casa incendiándose, instintivamente gritamos: "¡Fuego!"

  • Del mismo modo, un cristiano con compasión advertirá a otros del fuego venidero, sin importar las circunstancias.

La compasión nos hace valientes. No es suficiente participar en un programa de evangelismo si no estamos dispuestos a hablar de Cristo a nuestra familia, compañeros de trabajo, vecinos, o incluso a la persona que atiende en la tienda.

La Segunda Palabra: Comunicación

En algún momento, será necesario usar palabras para compartir el evangelio. Pablo nos recuerda: "A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos" (1 Corintios 9:22). Esto significa usar cualquier método necesario para alcanzar a los perdidos.

Pablo tenía estrategias. Al llegar a una ciudad, primero buscaba las sinagogas para predicar a los judíos. Si no lo escuchaban, entonces iba con los gentiles. A veces, trabajaba haciendo tiendas con Aquila y Priscila, y en el mercado aprovechaba cada oportunidad para compartir el mensaje de salvación. Pablo usaba todos los medios posibles para cumplir su misión.

Hoy en día, vivimos en una era digital.

  • ¿Por qué no usar nuestras redes sociales para compartir el evangelio?

  • ¿Por qué no publicar versículos bíblicos o testimonios?

  • Con un promedio de 400 contactos en redes sociales, cada publicación puede alcanzar a cientos, incluso miles, con el mensaje de salvación.

Sin embargo, esto no sustituye el evangelismo personal. Cada cristiano debería estar preparado con folletos y con un corazón dispuesto a aprovechar cualquier oportunidad: en la parada del camión, en el trabajo, en la escuela, o incluso en el elevador. Como dijo el pastor: "Si podemos hablar del clima, podemos hablar del evangelio. Si podemos hablar de fútbol, podemos hablar de Cristo."

La Tercera Palabra: Confianza

No todos aceptarán el evangelio, pero algunos lo harán. Pablo escribió: "Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien" (Romanos 8:28). Esto incluye nuestras oportunidades de compartir el evangelio.

No debemos desanimarnos si no vemos resultados inmediatos. En un jueves de evangelismo, nadie respondió al llamado, pero el mensaje fue sembrado. En otra ocasión, un hombre escuchó el evangelio mientras dejaba sus caguamas en una tienda. A veces veremos frutos, a veces no, pero nuestra confianza debe estar en Dios, quien puede usar cada esfuerzo para su gloria.

Un ejemplo inspirador es el de Hudson Taylor en China. Cuando un hombre chino escuchó el evangelio por primera vez, lloró al saber que esta verdad había existido por siglos. Entre lágrimas, preguntó: "¿Por qué hasta ahora nos trajeron este mensaje?" Esto nos recuerda la urgencia de compartir a Cristo. Cada día perdido es una oportunidad que no regresa.

Poniéndolo Todo en Práctica

Para ser fuertes en el evangelismo, necesitamos:

  1. Compasión: Que nuestro amor por los perdidos venza el temor.

  2. Comunicación: Aprovechar todas las oportunidades y métodos para hablar de Cristo.

  3. Confianza: Confiar en que Dios usará nuestro esfuerzo para salvar a algunos.

No debemos limitarnos a participar en programas específicos de evangelismo. El evangelismo es un estilo de vida. Se trata de estar dispuestos a hablar del evangelio en cualquier lugar y en cualquier momento. Cada cristiano es un embajador de Cristo y tiene la responsabilidad de ser un testigo fiel.

¿Quién está en tu mente ahora mismo? ¿Hay alguien en tu vida que necesita escuchar el evangelio? No esperes más. Esta semana, da el paso de hablarle de Cristo. Hazlo con compasión, comunicación clara y plena confianza en Dios.

Recuerda, como iglesia, debemos ser un testimonio constante. Ya sea que estés en el OXXO, en un restaurante, o publicando en tus redes sociales, aprovecha cada oportunidad para sembrar la semilla del evangelio. El fruto eterno bien vale el esfuerzo.

Conclusión:

Dios nos ha llamado a ser fuertes en el evangelismo. No es opcional. Es nuestra misión. Como iglesia, como individuos, necesitamos levantarnos con valor y obediencia. "Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).

¿Estás dispuesto a decirle "sí" al llamado? Que Dios nos dé compasión, palabras efectivas y confianza en su poder para alcanzar a los perdidos. ¡Vamos a cumplir la Gran Comisión, para que de todos modos, algunos sean salvos!

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