Introducción
Quisiera que viera una vez más el vs. 11 “Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: que de Dios es el poder.”
Tenemos a un Dios poderoso. Nuestro Dios no es como los otros dioses. Ciertamente, hay otros dioses. Pero ellos tienen ojos y no ven. Tienen oídos y no oye. Tienen bocas y no hablan. Nuestro Dios, en cambio, es Todopoderoso. Nuestro Dios tiene toda potestad. Él puede hacer y deshacer todo lo que vemos y aun lo que no vemos.
Y éste versículo nos dice que su poder habita en su voz. Seguramente, Dios ha hablado. En los seis días de la creación, habló y todo lo que existe fue creado por el poder de su palabra. Los montes, los mares, el sol, la luna y las estrellas — todo fue hecho por la Palabra de Dios.
Con su Palabra, él ha establecido leyes, ha hecho pactos, ha pronunciado juicio y ha declarado condenación. Pero, con su Palabra, también, ha confesado su amor, ha fundado su reino, ha instalado su iglesia y ha manifestado nuestro perdón.
No hay nada fuera de la voz de Dios — la Palabra de Dios — no pueda ordenar, acordar, resolver ni solventar.
Nadie está fuera de la autoridad de la voz o de la Palabra de Dios. Ningún rey, ningún gobernador, ningún líder mundial está exento lo establecido por la Palabra de Dios.
Bajo la voz de Dios, ninguna familia está sin esperanza, ningún matrimonio está desconfiado, ningún hijo esta solo y ningún padre está abandonado.
Cuando Dios habla, cosas suceden — agua sale de peñas, mares se parten en dos, montañas son movidas al mar y el sol se detiene en su trayecto.
Cuando Dios habla, el cielo se paraliza, la tierra detiene su bullicio, el cosmos se congela en su lugar — todos atentos a su voz.
Estoy diciendo: que de Dios es el poder y su poder habita en su voz. Dios no tiene que decir la misma cosa dos veces. Dios no tiene que suplicar. Dios no tiene que rogar. Dios lo dice y sucede. Dios lo manda y se hace. Dios lo dicta y es así. Su Palabra es absoluta, su juicio es seguro y sus dichos son eternos.
La Palabra de Dios es para siembre. Sus declaraciones tienen echos desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura. No hay un rincón del universo en donde no se puedan oír. Con ellos, todo lo puede atar y todo lo puede desatar. Con una sola pronunciación, puede hacer o deshacer. Y para todo esto, no batalla, no se cansa, no labora y no se esfuerza. Simplemente habla.
Una vez habló Dios y fue la luz.
Una vez habló Dios y el sol empezó a brillar.
Una vez habló Dios y se secó la tierra.
Una vez habló Dios y hubo peces en el mar.
Una vez habló Dios y hubo bestias en el campo.
Una vez habló Dios y el cielo se llenó de aves.
Una vez habló Dios y Job fue restaurado.
Una vez habló Dios y Noé edificó el arca.
Una vez habló Dios y Moises libró a Israel de Egipto.
Una vez habló Dios y Josué conquistó a Jericó.
Una vez habló Dios y el sol se detuvo en Gabaón.
Una vez habló Dios y la luna en Ajalón
Una vez habló Dios y Gedeón fue victorioso sobre Madian.
Una vez habló Dios y Samuel ungió a David.
Una vez habló Dios y los ojos del siervo fueron abiertos.
Una vez habló Dios y Nahamán fue sanado.
Una vez habló Dios y el cojo caminó.
Una vez habló Dios y leproso fue limpio.
Una vez habló Dios y el sordo le oyó.
Una vez habló Dios y fuimos perdonados porque no sabíamos lo que estábamos haciendo.
Hermano, cuando Dios habla algo sucede. Dios nunca ha hablado en vano. Nunca ha abierto su boca en balde. Sus palabras son calculadas — sus dichos precisos.
Joel dijo: “Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?”
David dijo: “Porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso, Que encrespa sus ondas. Suben a los cielos, descienden a los abismos; Sus almas se derriten con el mal. Tiemblan y titubean como ebrios, Y toda su ciencia es inútil. Entonces claman a Jehová en su angustia, Y los libra de sus aflicciones.”
Amós preguntó: “Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?” Dijo: Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo.
Zacarías dijo: Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos; sino que los esparcí con torbellino por todas las naciones que ellos no conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues convirtieron en desierto la tierra deseable.
Oh, hermano, la Palabra de Dios tiene poder.
La Palabra de Dios tiene poder para convencer de pecado. Hechos 2:37 “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?”
La Palabra de Dios tiene poder para regenerar. 1 Pedro 1:23 “…siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”
La Palabra de Dios tiene poder para producir fe. Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
La Palabra de Dios tiene poder para purificar. Juan 17:1 - “Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo…” vs 17 “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”
La Palabra de Dios tiene poder para edificar. Hechos 20:32 “Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.”
La Palabra de Dios tiene poder para hacernos sabios. Salmos 119:130 “La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.”
La Palabra de Dios tiene poder para darnos seguridad de vida eterna. 1 Juan 5:13 “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”
La Palabra de Dios tiene poder para darnos paz. Salmo 85:8 “Escucharé lo que hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura.”
Hermanos, estoy diciendo: si la Palabra de Dios puede hacer todo esto ¿qué situación hay en tu vida que no pueda tener remedio si Dios interviene?
¿Qué matrimonio no puede ser restaurado con la Palabra de Dios?
¿Qué hijo rebelde no puede ser recompuesto con la Palabra de Dios?
¿Qué falta económica no puede ser resuelta con la Palabra de Dios?
¿Qué problema no puede ser solucionado?
¿Qué duda no puede ser aclarada?
¿Qué incertidumbre no puede ser dispersada?
¿Qué falla no puede ser perdonada?
Si, con su palabra, pudo ordenar el cosmos, ¿no puede ordenar tu vida?
Si, con su palabra, pudo hacer brillar el sol, ¿no puede alumbrar tu camino?
Si, con su palabra, pudo partir el mar para librar a su pueblo, ¿no puede librarte a ti?
Sí, hermano, Él puede. Él puede. Él puede.
Él puede darte aliento.
Él puede infundir valor.
Él puede levantar tu ánimo.
Él puede darte paz.
Él puede inspirar denuedo.
Él puede. Él puede. Él puede.
Por eso, necesitamos leer la Palabra de Dios.
Por eso, necesitamos escuchar la Palabra de Dios.
Por eso, necesitamos estudiar la Palabra de Dios.
Por eso, necesitamos meditar en la Palabra de Dios.
Por eso, necesitamos memorizar la Palabra de Dios.
Por eso, necesitamos predicar la Palabra de Dios.
Por eso, necesitamos levantar la Palabra de Dios.
Por eso, necesitamos proclamar la Palabra de Dios.
Por eso, necesitamos compartir la Palabra de Dios.
Sí, nosotros necesitamos la Palabra de Dios. Pero este mundo condenado y perdido también necesita la Palabra de Dios.
Cada mujer maltratada, abusada y abandonada necesita la Palabra de Dios.
Cada niño olvidado, abatido y descuidado necesita la Palabra de Dios.
Cada hombre caído, debilitado y fracasado necesita la Palabra de Dios.
Los pobres necesitan la Palabra de Dios.
Los ricos necesitan la Palabra de Dios.
Los enfermos necesitan la Palabra de Dios.
Los sanos necesitan la Palabra de Dios.
Los educados necesitan la Palabra de Dios.
Los analfabetas necesitan la Palabra de Dios.
Todos necesitan la Palabra de Dios.
- Tiene poder para sanar, cambiar, salvar, restaurar, levantar, animar y para alentar.
- Tiene poder para componer, conmover, defender, enaltecer, enardecer, ennoblecer y enriquecer.
- Tiene poder para bendecir, conducir, constreñir, corregir, instruir, redargüir, e intervenir.
- La Palabra de Dios no tiene limite, terminó, confín, frontera ni final.
- No tiene debilidad, fragilidad, agotamiento, delgadez ni desfallecimiento.
- Tiene poder, autoridad, poderío, mando, dominio, imperio, potestad, jurisdicción, supremacía, fuerza y omnipotencia.
No se tiene que someter a ningún ser viviente, ni a un rey, ni a un primer ministro, ni a un presidente, gobernador ni alcalde. Es sobre y encima de todo.
La creación por el subsiste, existe y persiste. Y nada de lo que es, sería sin el Verbo escrito, dicho o viviente de Dios.
Nuestra salvación es la encarnación física de la Palabra de Dios. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.”
Esto es Cristo. Y él, siendo el Verbo viviente de Dios es el camino, la verdad y la vida. Él es la puerta. Él es el agua de vida. Él es la propiciación por nuestros pecados.
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4 hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.
Y lo mejor de todo es que Dios, habiendo hablado una vez, nos ha dado su palabra y esta bendita, infinita y lindísima palabra está en nuestras manos hoy.
Podemos conocerla, y por ella, conocer a Dios — la mente de Dios.
Podemos leerla y ser bendecidos por ella.
Podemos pararnos libremente a predicarla y proclamarla.
Podemos ser salvos, creyéndola y podemos darle esa misma salvación a otros compartiéndola.
Usted no tiene otro objeto más precioso que su copia de la Palabra de Dios. No hay otro escrito, poesía, composición o documento más hermoso que la Santa Biblia.
Inspirada por el Espíritu Santo de Dios, escrita por más de 40 hombres, en tres continentes, sobre un lapso de 2000 años en tres idiomas, preservado, traducido, editado, revisado y presentado completamente sin error, contradicción ni incoherencia.
Una vez habló Dios, y eso fue suficiente. Hermano, cobre un amor y un aprecio por el libro que tiene en sus manos. Valórelo por lo que realmente es. No es un adorno. No es una reliquia religiosa. No es un compendio de antiguos escritos. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
“Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es el poder…”