Mateo 28:18-20
Introducción
En este pasaje vemos la perspectiva de Mateo de la oración en que Jesús comisionó a la iglesia a predicar el evangelio a toda criatura.
Yo creo que es posible ver algo tantas veces que nos hacemos ciegos al significado y al propósito de lo dicho. Sabemos qué debemos de ganar almas. Sabemos que debemos de bautizar a nuestros convertidos y sabemos que debemos de enseñarles la Biblia. Sin embargo, es demasiado común, ganarlos, bautizarlos y olvidarlos.
Ahora, esa no es la actitud del ganador de almas promedio. No obstante, puede llegar a ser los aceptable en una iglesia si no se le pone el énfasis correcto en el asunto de dar seguimiento a los bautizados.
Hay una declaración aquí que querida tomar el tiempo de ver cuidadosamente.
Jesús ha resucitado. Se ha aparecido a Maria Magdalena y ahora se aparece a los discípulos. En un pasaje paralelo, en Juan 20, dice que Jesus les dijo “Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.” Recuerde eso porque lo vamos a volver a estudiar.
En Marcos, vemos que Jesus es crucificado, sepultado, resucita, se aparece a María Madgalena, se aparece a los once y luego, en el 16:14-20, los comisiona.
En Lucas, Jesus es sentenciado, muere, es sepultado, resucita, las mujeres hallan la tumba vacía, Jesus se aparece a Maria Magdalena, luego se aparece a dos de los discípulos en el camino a Emaus, después se aparece a los once discípulos, los comisiona, y asciende al cielo.
Los cuatro registros llevan el mismo orden, pero Mateo escribe algo que Marcos, Lucas y Juan no escriben. Esto es común entre los cuatro evangelistas. No es contradictorio, simplemente es una revelación particular.
Jesús dice en Mateo 28:18, yo tengo poder en el cielo y en la tierra – “toda potestad me es dada”. En otras palabras, yo tengo la autoridad para hacer esto y a ti te imparto esta autoridad. Y luego les dice lo que deben hacer: “Por tanto, id, y haced discípulos…”
Se me hace interesante esa frase: “haced discípulos”. Es una frase peculiar. Lo hemos leído tantas veces y lo hemos oido tantas veces que no nos detenemos a pensar en lo que quiere decir “hacer discípulos”.
Tenemos una idea en la mente de lo que significa. Quizá nos imaginamos lo que será, pero quiera tomar unos minutos el día de hoy para, verdaderamente entender lo que significa esta frase.
Es la única vez que Jesús nos dice esto. Sin embargo, no es la única vez que ha usado la expresión “hacer” al referirse a la gente. En otra ocasión, Jesús de dijo a Simón y a Andres, dos pescadores al lado del mar de Galilea en la ciudad de Capernaum: “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.”
La impresión que nos deja es que Jesús hará de estos hombres algo que en la actualidad no son. No son pescadores de hombres, sin embargo, el les hará pescadores de hombres.
La palabra “haré” que usa, “poieó”, significa “manufacturar”, construir o causar. Quiere decir fabricar algo de alguna materia prima. Está diciendo, vengan en pos de mí – síganme y yo fabricaré de ustedes algo que yo quiero que sean.
Es la misma impresión que nos da ésta expresión en Mateo 28. Nosotros debemos de ir a las naciones y manufacturar, fabricar, construir discípulos. Debemos de causar que las naciones sean discípulos.
Jesús les dice a los once discípulos (porque Judas ya no está entre ellos), yo tengo poder en el cielo y en la tierra, así que, les doy la comisión, el encargo, el mandato de ir a las naciones y hacer de las naciones algo que en la actualidad no son. Te doy mi potestad para que lo hagas. Ahora ve y fabrica discípulos. Causa que otros sean discípulos. Toma la materia prima y conviértela en otra cosa.
¿Recuerda que en Juan 20 (mírelo), vs 21, Jesús dijo: Como me envió el Padre, así también yo os envío?”
¿Cómo envió el Padre a Cristo? Lo envió con poder. De nuevo, les dijo “toda potestad me es dada”. La misma autoridad que envió al Hijo del cielo a la tierra, era la misma autoridad que envió a los discípulos al mundo.
La misma autoridad que comisión a Isaías o a Ezequiel fue la misma autoridad que comisión a Pedro y a Juan. Y es la misma autoridad que nos comisiona a nosotros.
¿Cómo fue enviado Cristo? Ciertamente no fue enviado a ser servido, sino a servir. No fue enviado a reinar sino a ser obediente hasta la muerte y muerte de cruz.
Nosotros debemos de tener este mismo sentir – no ser amos sino siervos que convidan a la cena; no a ser señores sino obreros en los campos.
Los apóstoles (que significa mensajero enviado) – los apóstoles, y por extensión, nosotros, hemos sido enviados a las naciones a “hacer discípulos” bajo el mismo nivel de autoridad con el cual Cristo fue enviado del Cielo a la tierra – y se nos ha enviado a hacer, a causar que sean, a fabricar, a provocar que sean discípulos.
¿Qué mas quiere decir hacer? En realidad, en nuestro pasaje original, las palabras “haced” y “discípulos” se encuentran combinadas en una sola palabra griega: “mathéteuó” que quiere decir “enseñar”, “instruir” o “capacitar”. En el contexto bíblico quiere decir “ayudarle a alguien a progresivamente conocer la Palabra de Dios.” Da la impresión de que debemos de ayudarle a la gente a desarrollarse.
Regresamos a la ocasión en que Jesus le dijo a Simon y a Andres que les siguiera. Fue una orden, pero no fue a la fuerza. Fue una orden, pero más con actitud de invitación.
Cuando hacemos discípulos, aunque nosotros lo hacemos obligatoriamente – y sí es obligatorio para cada Cristiano hacer discípulos – para el discípulo, es un mandato, pero el invitado decide si sigue o no sigue.
Nuestra responsabilidad es ayudarle al convertido, al que recibe el evangelio a seguir el camino correcto y lo hacemos enseñándole así como Cristo dijo que debemos de hacerlo en el mismo vs 20. Debemos de enseñarles a guardar todo lo que se nos ha sido mandado.
Ahora, es la responsabilidad del maestro enseñar. Si el maestro no enseña, el alumno no aprenderá. Pero es la responsabilidad del alumno aprender. Yo, como maestro solo puedo garantizar lo que yo voy a hacer. No puedo garantizar lo que el alumno haga o no haga.
Por eso muchos ganadores de almas se frustran con el proceso de predicar, bautizar y enseñar. Y la mayoría de la gente que perdemos, las perdemos en ésta etapa – el discipulado. ¿Por qué? Porque no todos desean seguir a Cristo. Desean ser salvos. Muchos están de acuerdo en ser bautizados, pero cuando se requiere esfuerzo y desempeño, pierden el interés y eso puede frustrar el esfuerzo del ganador de almas.
Discipular es enseñar. Es tomar a un niño que no sabe leer y manufacturar un lector. Es tomar a un persona que no sabe escribir y causar que escriba. Es tomar a un individuo que no same contar y fabricarlo, tomando su poco conocimiento y convirtiéndolo en mucho conocimiento para que pueda contar.
“Hacer discípulos” es enseñar la Biblia. Es darle conocimiento a una persona que no tiene conocimiento. Cada uno de nosotros hemos sido discipulados – de distintas maneras, con diferentes métodos, a travez de una variación de tiempo – pero todos somos discípulos.
¿Qué es un discípulo? ¿Cómo puedes saber si eres un discípulo? Y ¿cómo puedes saber si tienes discípulos?
En Juan 13:35 Jesus dijo “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” Ahora, no les voy a decir que podemos saber si somos discípulos si nos amamos. Ese es otro tema para otro día. Lo que quiero que vea es la descripción de la palabra “discípulo”.
La palabra discípulo cómo aparece en este versículo significa “aprendiz, alumno seguidor”. Es la palabra griega “mathéités” de donde viene nuestra palabra mente. Implica “esfuerzo mental”. Y comparte la misma palabra raíz con “mathéteuó” que vimos hace unos minutos que quiere decir “enseñar, o hacer discipulos”.
Pero el significado más especifico – y calificado – es éste: “un seguidor de Cristo que aprende las doctrinas de las Escrituras y el estilo de vida que requieren”.
En términos muy prácticos, tú puedes saber que eres un verdadero discípulo de Cristo si haces un esfuerzo mental de aprender lo que la Biblia dice y vivir de acuerdo a lo que aprendes. Y aquí nos damos cuenta de que, en realidad, ha muy pocas personas que son verdaderos discípulos de Cristo.
Un buen porcentaje de ésta iglesia se compone de gente que se congrega aquí, participa en actividades de la iglesia, pero no hace un esfuerzo mental de aprender las doctrinas de la Biblia para vivir de acuerdo a ellas.
Los verdaderos discípulos de Cristo, son pocos. Pero está bien. Usted ahora se está dando cuenta de que en realidad no es discípulo, pero espero que pase al altar y haga cuentas con Dios.
¿Cómo puede Usted saber si tienes discípulos? Pues ahí está la definición. Tener discípulos implica hacer un esfuerzo para enseñar las doctrinas de las Escrituras para que el aprendiz viva de acuerdo a ellas.
¿Estás enseñando la Biblia? Ganar almas no es hacer discípulos. Ganar almas no es enseñar la Biblia. En Marcos 16, vemos una distinción entre predicar el evangelio y enseñar la Biblia, como lo dice en Mateo 28. De nuevo, no es una contradicción. Son diferentes perspectivas de la misma revelación.
Predicar el evangelio no es hacer discípulos. Así como bautizar no es ganar almas. Hacer discípulos implica hacer un esfuerzo mental en enseñar la Biblia así como SER un discípulo implica hacer esfuerzo mental en aprender la Biblia.
La pregunta es ¿estás haciendo discípulos? ¿Estas enseñando la Biblia a los que ya son salvos y bautizados? Si eres Maestro de Escuela Dominical, estás en una muy buena posición para tener discípulos. Pero los demás ¿qué están haciendo para hacer discípulos?
La gran comisión es para toda la iglesia: (1) gana un almas para Cristo, (2) tráela a la iglesia para que se bautice y (3) enséñale la Biblia a ese convertido.
La predicación del domingo por la mañana, por la tarde y el miércoles, no hace discípulos. Es para salvar a los creyentes. Es para redarguír, para reprender y para exhortar. No es para hacer discípulos.
Estamos a punto de comenzar un nuevo programa en nuestra iglesia. Somos ganadores de almas. No tengo duda. El año pasado hicimos un excelente trabajo en bautizar 61% de los visitantes que vinieron (209 de los 339 visitantes se bautizaron).
Pero ahora estamos comenzando un programa de discipulado. ¿Qué es esto? Es miembros ordinarios de la iglesia enseñando la Biblia a los que se bautizan.
Hermano, si lográramos enseñar la Biblia al 50% de los que se bautizan, nuestro iglesia crecería por 104 éste año. Ese es un crecimiento del 25%. Es posible. Pero todos tenemos que estar dispuestos a hacer discípulos – a tomar a una persona bajo nuestro cuidado, no tiene que ser un convertido propio, aunque sería ideal, y enseñarle lo que la Biblia dice acerca de:
la Salvación;
Seguridad Eterna;
Bautismo;
La Palabra de Dios
Oración;
El Espíritu Santo;
Ganar almas;
La Iglesia Neotestamentaria;
El Perdón;
La Mayordomía;
El Tribunal de Cristo;
La Voluntad de Dios para su Vida
La Gracia;
La Vida Cristiana Práctica;
La Santificación;
La Victoria sobre el Pecado;
La persona del Señor Jesucristo;
La Creación;
Los Dones Espirituales;
y Nuestra Armadura Espiritual.