Juan 1:14-17: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.”
Gen 6:8: “Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.”
Mateo 10:8: “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.”
Lucas 1:30: “Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.”
Lucas 2:52: “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.”
Efesios 2:7-10: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
2 Timoteo 2:1: “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.”
Gal 2:21: “No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.”
Tal vez el tema más precioso de toda la Biblia es la gracia de Dios. Todo lo bueno que tenemos viene por medio de la gracia de Dios.
¿A qué se refiere la palabra “gracia”? Hay muchas diferentes definiciones de “gracia” porque el tema es tan amplio. “Gracia” es “favor”. En el caso de nosotros, los pecadores, es “favor no merecido”. En el caso de Cristo, es “favor merecido”.
Gracia es el deseo de hacer lo que debo hacer cuando no quiero hacerlo.
Es poder para hacer lo que no puedo hacer en mi propio poder.
No puedo salvarme, por eso soy salvo por gracia.
No puedo SERVIR a Dios como debo. Sirvo por gracia.
No puedo DAR como debo dar. Doy por gracia.
Cuando perdono al que me ofendió, perdono por gracia
Pero Pablo dice algo interesante en Gálatas 2:21: “No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.”
¿A qué se refiere Pablo cuando dice “No desecho la gracia de Dios;”? Dice algo parecido en I Corintios 15:10: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.”
Las palabras “no desecho” en Gálatas 2:21, quieren decir: “no hago nulo” [la gracia de Dios], o “no hago vana” [la gracia de Dios].
Pablo está diciendo: “Dios no desperdició su gracia conmigo”. “No desecho la gracia de Dios”. “No permito que la gracia de Dios se utilice sin efecto.”
En Efesios 3:6 dice: “...los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, 7 del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder.”
Pablo está diciendo: “Tomé el don de la gracia de Dios, y esa gracia se convirtió en poder”.
Quiero hablarle por un momento acerca de “Gracia Desechada” – gracia desperdiciada, gracia malgastada, gracia en vano, gracia tirada.
¿Cómo “desecho” la gracia de Dios? ¿Cómo “desperdicio” la gracia de Dios?
1. Mi desobediencia “desecha” la gracia de Dios.
Cuando NO hago lo que sé qué debo hacer, desecho la gracia de Dios. Santiago 4:17: “Al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.”
Tendemos a ver la desobediencia como algo pasivo. No es cierto. Desobedecer. Desobediencia. Escuche la palabra. No es solo hacer lo que no debo hacer. Es dejar SIN hacer lo que debo. Cuando desobedezco, dejo algo sin hacerse. La desobediencia no es INacción en cuanto al bien. Es participación ACTIVA en el mal.
En la vida cristiana, no hay acciones neutrales. TODO tiene efecto. TODO tiene consecuencias.
Mi falta de testificar le roba al pecador del evangelio con que podría ser salvo.
Mi falta de diezmar limita la capacidad de mi iglesia de predicar el evangelio.
Mi falta de asistencia le roba mi iglesia del ánimo que podría ser.
Mi falta de participación en un programa disminuye el impacto de ese programa. Le roba al líder de mi apoyo.
NADA es neutral. Cuando Romanos 12:21 dice “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”, está diciendo que hago una de dos cosas: “O venzo el mal, o soy vencido de lo malo.”
2. Desecho la gracia de Dios cuando no perdono al que me ofende.
Pocas cosas hacen más daño a la obra de Dios que los espíritus amargados de los cristianos. “De gracia recibisteis; dad de gracia” (Mateo 10:8).
Efesios 4:32: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Yo nunca he entendido cómo Dios, siendo perfecto, puede perdonar a un pecador, y los pecadores, siendo pecadores, no podemos perdonar a otro pecador.
Es por la gracia de Dios que nos perdona. Cuando yo no perdono al que me ofende, estoy desperdiciando la gracia de Dios.
Romanos 3:24: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,”
Si YO no tuve que hacer nada para merecer la “justificación” de Dios, ¿por qué mi hermano en Cristo tiene que “ganarse” mi perdón?
3. El que no responde al llamado de Dios desecha la gracia de Dios.
Es la pura gracia de Dios que llama a un cristiano a servirle. La verdad es que TODOS somos llamados.
Cuando J. Hudson Taylor regresó de China visitando iglesias y pidiendo a cristianos a rendir sus vidas a ir como misioneros a China, les decía que empacaran sus cosas en un ataúd porque no regresarían con vida.
Les decía: “El único que tiene derecho de permanecer en casa es al que Dios ha llamado a permanecer en casa”.
Yo no sé de ti, pero yo no quiero ser culpable de desperdiciar la preciosa gracia de Dios.