Cuando sucede algo que no entendemos hay muchas emociones que nos atacan. La pérdida de una batalla, un fracaso o un problema sin solución tienen el potencial de hacernos dudar y hasta enojarnos con Dios. ¿Qué debemos de hacer cuando la prueba es demasiada? ¿Qué debemos de hacer cuando no ganamos la batalla? ¿Qué debemos de hacer cuando hay fracaso?
No todas las batallas se ganan. No todas las pruebas pasan. No todos los fracasos se superan. ¿Qué podemos hacer cuando, al parecer, (note que dije “al parecer”) Dios no interviene a nuestra satisfacción y perdemos la batalla?
Esto es lo que sucedió con el profeta Elías. Elías fue un hombre sumamente usado por Dios. Uno de los grandes profetas con quien Dios hizo grandes cosas. Vio grandes logros. Tuvo muchas victorias. Sin embargo, Elías también sufrió derrotas. También tuvo problemas con los cuales no pudo. Santiago dice que era un hombre suegro a pasiones.
Sin embargo, Lo que vemos en este capitulo debería de animarnos a seguir adelante. ¿Qué hizo Elías cuando se enfrentó con estas situaciones? La historia es fascinante. Dios manda a Elías a proclamar una condenación en contra del el malvado rey Acab. Este castigo era una sequía. Una sequía que duraría años. Es un castigo fuerte que afectó a todos los moradores de la tierra. Pero era un castigo necesario.
Inmediatamente, Dios habla con Elías y le dice que se fuera a refugiar a un lado de un arroyo que se llamaba Querít. Ese arroyo alimentaba al Rio Jordan. Dicen que probablemente fue un arroyo que se formaba por un ojo de agua. Dios le dice a Elías que El proveería por sus necesidades mientras estuviera allí.
Hermanos, Dios siempre proveerá por sus necesidades. A lo mejor, las cosas no se ven bien. A lo mejor estás en el calor de la batalla. A lo mejor hay menester y carga, pero Dios siempre cuidará de ti.
Dios le dice a Elías que tome del agua del Arroyo, probablemente cristalina, y que los cuervos le traerían pan y carne. Dios lo prometió y Dios lo proveyó. Dios provee. Su nombre es Jehová Jireh, que significa Dios provee.
Imagínese a Elías. El está cómodo. Tiene todo lo que necesita. No tiene que trabajar. No tiene que buscar que comer, al contrario, se le traen la comida. Todo está bien. Está bajo una sombra. Se duerme escuchando el susurrar del agua del arroyo. La vida no podría estar mejor.
De repente, un día Elías nota que el arroyo no lleva tanta agua como antes. Se fija que donde antes habían lagunas de donde podía tomar, el agua ya no corría. El calor del día ya no se aplacaba como antes. Las yerbas donde antes dormía se empezaron a secar y las hojas de los arboles que antes le daban sombra se empezaban a caer. El arroyo se estaba secando.
Qué desesperación habrá sentido Elías. Este lugar que Dios le había dado – el lugar de provisión, el lugar de refugio – ya no era lo que antes fue. Donde antes había alegría y gozo, hay tristeza y dolor. Donde antes había victoria, hay derrota. Donde antes había dulzura, hay amargura. Se le secó el arroyo.
Probablemente, Elías no sabía que pensar de esto. Digo, es obvio que tarde o temprano el arroyo se iba a secar. Elías mismo fue el que declaró el castigo de la sequía en contra de Acab. Elías tenía que haber previsto que en algún momento el arroyo se iba a secar. Pero Elías probablemente está confundido. Probablemente preguntó a Dios “¿Por qué me pasa esto si soy tu siervo?”
Hay que recordar, que es probable que el arroyo se vaya a secar. Ninguna fuente da agua para siempre. Hay tiempos de sequía. Hay tiempos de necesidad. Délo por hecho, en algún momento, el arroyo se va a secar. La pregunta que probablemente se hizo Elías, y la pregunta que tenemos que hacernos nosotros es ¿qué hacer cuando se sequé el arroyo?
Supongamos que Elías aceptara el hecho de que el arroyo se fuera a secar. El veía que poco a poco sucedía. El sabía que en algún momento la sequía le afectaría a el también. Le pregunta es ¿qué hacer cuando se seque el arroyo?
Hermano, es posible que a Usted se le esté secando el arroyo. Es posible que la vida que antes tenía Usted sin problemas, llena de provisión y de gozo se esté convirtiendo en un arroyo seco, sin gozo, sin vida, sin sustento. Quizá perdió una batalla. Quizá hubo un fracaso. Quizá la prueba fue mas de lo que Usted podía soportar. El arroyo se esta secando o se ha secado. ¿Qué va a hacer Usted en su arroyo seco?
Quizá el lugar de refugio en donde Usted antes estaba seguro ya no es lo que antes era. Quizá el lugar de provision donde antes sus necesidades eran provistas ya no provee lo que antes proveía. Quizá el campo en donde pensaba ganar la victoria llegó a ser el lugar de su derrota. A lo mejor se le ha secado el arroyo. Cualquiera que sea el caso, Usted tiene que saber qué hacer cuando se le seque el arroyo.
Dios pone a los personajes en Su Palabra para ejemplo. El nos ha dado historias como esta para ejemplo. Para poder saber qué hacer cuando viene la dificultad – cuando viene la prueba. ¿Usted sabe que ni un personaje de la Biblia que tuvo un gran logro para Dios vivió sin una gran prueba?
Cada uno de Los Santos que Dios nos pone para ejemplo vivieron grandes pruebas y dificultades. Algunos de ellos tuvieron la victoria. Otros dieron sus vidas. Pero Dios nos da a estos personas como ejemplo.
Quiero que sepa que no siempre hay liberación. Hay mártires que comprueban esa verdad. En el año 66 Pedro y Pablo fueron ejecutados en Roma por el emperador Nero. Pablo fue decapitado y Pedro fue crucificado boca abajo.
El apóstol Andres que llevó el evangelio por primera ves a lo que ahora es la Union Sovietica y luego a Grecia fue crucificado.
Tomas llevo el evangelio a lo que ahora es el oriente de India y fue traspasado con lanza por cuatro soldados.
Felipe predicó el evangelio en Africa y Asia. Ganó a la esposa de un consul romano. Por eso el consul romano mando que lo torturaran y lo mataran.
Esteban fue apedreado a los pies de Pablo.
No todas las historias terminan como cuento de Adas. Tenemos que estar preparados para eso. Tenemos que saber qué hacer cuando se no seque el arroyo.
Esto es lo que Hizo Elías.
##1. Levantate
Mire el vs 8: Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo:
¿Qué le dijo en el vs 9?
9 “¡Levántate!”
Dios le dice a Elías: “Levántate, vete a Sarepta de Sidón”.
En algún momento el arroyo se va a secar, cuando se seque tu arroyo, ¡Levántate! No te quedes allí lamentando el hecho de que tu arroyo se haya secado. ¡Levántate!
Deja de tener una fiesta de auto-lastima. Levántate.
A lo mejor no tienes lo que antes tenías, pero haz algo con lo que tienes. ¡Levántate!
No te amargues. No le hechas la culpa a Dios. No te pongas en un plan de víctima. ¡Levántate!
Demasiadas personas son víctimas de sus mismas caídas. No dije que son víctimas de sus problemas. Todos tememos problemas. Dije que son víctimas de sus caídas. Sufren una perdida o un fracaso y en lugar de levantarse y tumbarse el polvo y secarse las lagrimas y ponerse los tenis, se quedan allí “bajo las circunstancias”. ¡¿Qué estás haciendo bajo las circunstancias?! ¡Levántate y deja las circunstancias donde están y sigue adelante!
Ahora, Dios es quien le dice a Elías que se levantara. Dios es quien le dio las fuerzas para hacerlo. Dios es quien
Si Dios pudo proveer para ti en donde te puso desde un principio, Dios puede proveer para ti a donde te lleve ahora. Es exactamente lo que hizo para Elías.
##2. Obedece a Dios.
Dios le dice a Elías en el vs 9 “Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.”
¿Qué dice el vs 10 que hizo Elías?
10 “Entonces él se levantó y se fue a Sarepta.”
Elías obedeció a Dios. Elías no se quedó al lado del arroyo lamentando el lugar que Dios le había permitido perder. No se aferró a algo que ya se había perdido. No se amargó contra Dios. No se molestó porque Dios le había quitado lo que antes tenía. Elías simplemente hizo lo que Dios le dijo que hiciera.
Vemos una obediencia plena de parte de Elías. El mandato fue directo y la obediencia fue inmediata. Esa es verdadera obediencia a Dios. Elías no se renegó. Elías no cuestionó. Elías no opinó. Simplemente obedeció.
Dios bendice la obediencia y Dios sabía qué era lo mejor para Elías. Cuando se empezó a secar el arroyo, a lo mejor Elías dudó sobre el futuro de su provisión. Pero Dios sabía que había una viuda en Sarepta.
Cuando Elías vio el arroyo seco, Dios vio unas tortillas de harina recién hechas en la leña.
Cuando Elías vio el arroyo seco, Dios vio una tinaja de harina que no se escaceó.
Cuando Elías vio el arroyo seco, Dios vio una vasija de aceite que no se diminuía.
Hermano, Dios ve la tormenta desde el otro lado. Nosotros vemos nubes, el ve el sol. Nosotros vemos la lluvia, el ve el arcoíris. Nosotros sentimos el viento, el ve paz.
Yo no sé cual sea tu arroyo seco, pero hay una viuda en Sarepta. Obedece a Dios. Levántate y haz lo que el te ha mandado a hacer. El mandato es claro. Se pronto en obedecer.
Lo mejor que puedas hacer cuando se te seque el arroyo es seguir sirviendo a Dios. Sigue fiel a el. Obedece sus palabras. El te guiará de nuevo a un lugar de refugio. El te guiará de nuevo a un lugar de provisión. Dios proveyó para Elías después de la obediencia y Dios proveerá por ti después de que tu le obedezcas.
Conocemos la historia. Elías llega a la puerta de la ciudad y encuentra a la viuda. Para probarla, para saber si era la persona indicada, le pida un vaso de agua. Cuando lo trae, Elías le pide de comer unas tortillas de harina. La viuda le explica que lo único que tiene es para que ella y su hijo comieran para luego morirse de hambre. Elías le prometió provisión de parte de Dios si ella obedecía al varón de Dios. Efectivamente, Dios ella obedeció y Dios se encargo de todos ellos.
Eso me lleva al siguiente punto…
##3. Ayúdale a alguien mas con su arroyo seco.
Elías no podia recibir la provisión de parte de Dios que el necesitaba si no ayudaba a alguien mas con su necesidad. Esa es una de las claves de una vida contenta. Una vida que se enfoca en si, una vida egoísta, es una vida que se desperdicia. Una vida que se vive para otros es una vida que se aprovecha bien.
Piense en lo que hizo Elías. Le dijo a la viuda: vv13-14 “Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. 14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.” Le dio la esperanza a la viuda de una provisión de parte de Dios.
Elías pudo haber sido mezquino. Pudo haberse aprovechado de lo que viuda tenía. Pudo haberle pedido un bocado de pan, como lo pidió y luego haberle dejado. Pero no lo hizo. Elías se encargó de que la viuda tuviera lo que ella necesitaba. Y la viuda consiguió lo que ella necesitaba después de haber provisto la necesidad de Elías. Dios proveyó las necesidades de Elías después de haberse preocupado de las necesidades de la viuda, y proveyó las necesidades de la viuda después de que ellas se preocupara por las necesidades de Elías.
Cuando se te seque el arroyo preocúpate por las necesidades de otro. Ayúdale a otro con su necesidad y Dios se encargará de tu necesidad.
Cuando se le secó el arroyo a Elías, es posible que Elías se haya desesperado. Es posible que haya dudado de Dios. Pero Elías se Levantó y Elías obedeció a Dios y Elías le ayudó a otro con su problema. Elías confió en Jehová. Puso el asunto en las manos de Dios. Eso es un buen ejemplo para nosotros. Hermano, ponga el asunto en las manos de Dios.
Es impresionante lo que Dios hizo a través de la prueba de Elías. Es increíble lo que Dios hizo a causa del arroyo seco. Sabemos que el hijo de la viuda se enferma y muere. Elías ora por el niño y Dios le regresa su vida.
¿Sabe que si no fuera por el arroyo seco de Elías, Dios no hubiera resucitado al Niño? Elías no podía ver el futuro. El no sabía qué haría Dios con él después de secarse el arroyo, pero Dios si sabía por qué se tuvo que secar el arroyo.
Dios no había terminado con Elías.
Fue después del arroyo seco que Elías oró por el niño para que resucitara.
Fue después del arroyo seco que Elías oro para que descendiera fuego del cielo que consumiera el holocausto.
Fue después del arroyo seco que Elías mata a 400 profetas de Baal.
Fue después del arroyo seco que Elías oró y Dios mandara lluvia sobre la tierra.
Fue después del arroyo seco que Elías oyó la voz apacible De Dios después de un terremoto, un torbellino y un fuego en Horeb.
Fue después del arroyo seco que Elías ungió a Eliseo para ser profeta De Dios.
Fue después del arroyo seco que Elías es llevado al cielo en un carro de fuego.
No arroyo seco, no fuego.
Queremos fuego, ¿pero estamos dispuestos a enfrentar un arroyo seco?
Dios tiene mucho para ti después del arroyo seco. El arroyo seco no es el final. Es mas probable, créelo o no, que el arroyo seco sea el comienzo de algo maravilloso en tu vida. Así que levántate, obedece a Dios y encárgate de hacer algo por alguien mas.
Nosotros tenemos la ventaja de que podemos ver todas las cosas que sucedieron en la vida de Elías después del arroyo seco. Elías no sabía las cosas que Dios tenía para el, pero Dios si sabia que iba a suceder. Es difícil a veces, confiar en Dios cuando se seca el arroyo, pero El sabe que es lo que va a suceder. Confía en Dios. Ten fe.
Va 24 Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca.
Fue después el arroyo seco que Elias fue reconocido como varón de Dios.
¿Qué hacer cuando se seque el arroyo? Levántate. Obedece a Dios. Ayuda a otros. Confía en Dios. Dios no ha terminado contigo.
¿Se te está secando tu arroyo? ¿Ya se te ha secado el arroyo? Ya sabes que hacer.