1 Timoteo 4:12
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
Introducción
Ninguno tenga en poco tu juventud. Qué poderosas palabras. Si, escritas por un hombre, pero inspiradas y dictadas por el Espíritu Santo. Si, dirigidas a un predicador joven durante el primer siglo, pero aplicables al joven Cristiano de hoy.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Un reto para nosotros. Una meta alcanzable. Un propósito formidable.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Habla de una actitud que debe impregnar nuestras vidas. Es un espíritu que debe manar de nuestras acciones. Es una manera de ver a los que nos rodean con otros ojos – ojos de jóvenes determinados, jóvenes con propósito.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Es un mandamiento, pero a la vez, una inspiración. Es una regla, pero a la vez, una motivación.
Ninguno tenga en poco tu juventud. No eres inferior, pero tampoco eres superior. No eres menos que otro, pero no eres mas que otro tampoco. Tu anhelo debe ser ser la persona que Dios quiere que seas, no la persona que otros dicen que eres.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Se joven. Haz las cosas que un joven puede hacer manteniendote dentro de las cosas que un joven debe hacer. No te olvides de las canas de los ancianos. No hagas a un lado lo que te han dado. Pero no seas anciano, no pretendas tener esas canas. Equivócate, comete un error que otro, y levántate y comienza de nuevo, pero ninguno tenga en poco tu juventud.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Déjate usar por Dios. Déjate ser guiado por el Espíritu Santo. Deja que Cristo brille en tu vida. Levanta el emblema de la cruz, ¡firmes y adelante! ¡Siempre hacia adelante, nunca para atrás!
Ninguno tenga en poco tu juventud. Muéstrales lo que Dios puede hacer a travez de un joven entregado y dedicado. Qué vean la Palabra De Dios obrando en tu vida. Qué se note el cambio en ti y a tu alrededor. Que el conocimiento De Dios por su Palabra sea evidente y que busquen tu consejo sabiendo que buscas el De Dios.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Que tus palabras sean palabras de justicia. Que hables sanamente y que nunca salga de tu boca esas cosas que afecten tu testimonio. Se listo para presentar una defensa de tu fe. Pronto para dar el evangelio. Que tu lengua sea una fuente de agua dulce, agradable y fresca y no amarga ni salada. Habla como Jesus hablaría si él fuera un joven contemporáneo. Que tu vocabulario sea alimentad de la Palabra De Dios y no de redes sociales, televisión, música popular ni películas. Lee libros que edifiquen tu fe, que añadan riqueza a tu vida y que amplíen tu conocimiento del mundo en que Dios te ha puesto para servirle.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Compórtate como joven. Disfruta tu juventud. Aprende a divertirte sanamente, pero compórtate como joven Cristiano. Varones Cristianos, comportaos varonilmente. ¡SE HOMBRE! No sigas los estilos influenciados por los sodomitas. ¡SE HOMBRE! Compórtate como hombre, viste como hombre, córtate el pelo como hombre, camina como hombre, habla como hombre, saluda como hombre. Se caballeroso. Párate para las damas. Abrele la puerta a alguien. Haz fila. Recoge basura. Dale el lugar a los demás. Por el amor De Dios, ¡SE HOMBRE!
Ninguno tenga en poco tu juventud. Señoritas Cristianos, compórtense como damas. No bajen su porte a un nivel inferior al de una mujer virtuosa de Proverbios 31. Sean hermosas, modestas y bellas. La verdadera belleza es modestia. Cubre tu cuerpo, esconde lo que Dios te ha dado y guárdalo para el tiempo y la persona apropiada. Guarde tu corazón. Guarda tu mente. Guarda tus emociones. Guarda tu lengua. Se una verdadera dama. Que otros vean una diferencia marcada entre ti y las mujercitas del mundo.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Que el amor De Dios influya tus acciones. Emplea ese amor, sirviendo a los demás. Si, ama a tus padres, hónralos y obedéceles. Se un hermano, una hermana, que ama a sus hermanos y hermanas. Sé bendición a tu familia. Ama a los que te rodean. Ama cual Cristo te amó. No te olvides de las necesidades de los demás. Pon sus necesidades antes que tus propios deseos. No le des a nadie razón de cuestionar tu Cristianismo juvenil. Ama a tus lideres. Ama a tus compañeros. Ama a tu pastor. Ama tu iglesia. Ama a los perdidos. Se una persona Bíblicamente amorosa entregándote por amor, poniendo tu vida por tus amigos, tus proemios, por otros.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Ese espíritu único de un joven Cristiano – de una señorita Cristiana – no se puede comparar con otro. Eres la vida de la iglesia. Otros estuvieron en donde tu estas. Otros pasaron por donde tu estas pasando. Tuvieron su tiempo. Hicieron lo que pudieron hacer. Ahora te toca a ti. Hazlo con mas espíritu. Hazlo con mas gozo. Hazlo con mas ánimo. Hazlo un poco mejor que ellos lo hicieron. No porque eres mejor que ellos sino porque ellos te han dado un fundamento sobre el cual te puedes parar.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Mantén ese espíritu. Mantén esa actitud. Mantén ese ánimo. Sigue adelante. ¡No te rajes! No dejes que el enemigo desinfle tu espíritu. No dejes que te detenga. No dejes que te desanime. Te va a querer detener. Te va a querer desanimar. Cuando el enemigo vea la clase de joven que eres te va a atacar con todo lo que tiene. Lanzará un bombardeo de tentación y distracciones para hacerte mirar las olas que amenazan en lugar de mantener los ojos en Cristo.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Ese espíritu juvenil de generaciones pasadas es lo que nos trajo hasta donde estamos y el espíritu juvenil de esta generación es la que nos llevará hacia donde Dios quiere que vayamos. Si los mejores días están por delante, es por los jóvenes que están en este lugar. Gracias a Dios por el espíritu de los ancianos. Gracias por enseñarnos lo que nos enseñaron. Ahora, es tiempo que los jóvenes tomen ese espíritu y comencemos a marchar. No haciendo a un lado las canas, sino caminando en sus pasos. Siguiendo su guía.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Ese espíritu de tenacidad. Ese espíritu de permanencia. Ese espíritu de perseverancia hará esta generación de jóvenes Cristianos la mejor de la historia. Y la siguiente generación mejor que esta. Esa es la meta… siempre mejorar, siempre crecer, siempre hacia adelante, nunca hacia atrás.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Ese espíritu de crecimiento. Ese espíritu de mejor. Ese espíritu de unidad que se promuevo como solo la generación joven la puede promover. Cuando los jóvenes están unidos, nadie los puede separar. Ese espíritu juvenil es una presencia formidable que Dios puede usar para lograr y hacer cosas grandes y hará cosas grandes si puedes mantener ese espíritu.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Ninguno tenga en poco la fe de un joven – una fe inmovible, una fe inocente y sin cinismo en que Dios puede hacer cualquier cosa. La fe de un joven que no ha sido corrompida por la incredulidad del mundo. La fe de un joven que no ha sido comprometida por una educación secular. Esa fe es la que cree que Dios puede, que Dio quiere y que Dios efectivamente hará grandes cosas en su vida. La fe de un joven que pone su confianza en la mano proveedora De Dios y no en el ofrecimiento vacío del mundo para darle sus deseos. Una fe estable, edificada sobre la Palabra De Dios, la predicación de su pastor y la enseñanza de sus maestros. Esa es la fe que otros pueden ver en la vida de un joven y cobrar fe para sus propias vidas. Esa es la fe que mueve montañas. Esa es la fe que desafía el tiempo y hace maravillas.
Ninguno tenga en poco tu juventud. Que tu testimonio hable mas fuerte que tus palabras. Un testimonio de gracia y de pureza. Que el mundo no intimide al joven Cristiano sino que tiemble delante de una generación de jóvenes y señoritas que han consagrado sus cuerpos para el Señor, que se presentan a diario a Dios en sacrificio vivo, santo agradable.
Que esa pureza sea como una joya preciosa. Guarda tu pureza como el objeto valioso que es. No se lo des a nadie hasta que estes delante De Dios en el altar del matrimonio. No juegueses con tu pureza. No es un juego, no es algo que se maneja con ligereza. Es lo mas valioso que tienes aparte de tu alma eterna. No vendas tu pureza por un potage de lentejas porque es algo que nunca, jamas volverás a recuperar. Una vez perdida la pureza de un joven, una vez perdida la pureza de una señorita, nunca, nunca, nunca se puede restablecer.
Guarda tus ojos. No contamines tu mente con la suciedad que Satanás ha corrompido para corromper esta generación de jóvenes. No mires lo indebido. No permitas que la impureza de otros apague tus ojos que son la lampara de tu cuerpo sino que tus ojos estén llenos de la luz de la pureza de la Palabra De Dios.
Guarda tu mente. Tus pensamientos son el trono de tu espíritu. Reserva ese trono para el Rey de reyes. No permitas que la impureza suplante y profane el trono de tu espíritu, pues una vez que los pensamientos impuros tomen ese lugar en tu mente, es así imposible quitarlos de ahí. Hay cosas que no puedes borrar de tu mente. No seas esclavo de tus pensamientos.
Guarda tu boca. No converses sobre temas reservados para la intimidad del matrimonio. Mantén tus palabras dentro de los rubros de un joven puro, una señorita pura. Evita platicas intimas. Evita palabras de doble sentido. Mantén tu pureza, por el amor De Dios.
NINGUNO. TENGA. EN POCO. TU. JUVENTUD.
Que este día, este momento, sea un parteaguas en tu vida. Decide que serás un joven, una señorita, Cristiana con palabra ejemplar, con conducta ejemplar, con amor ejemplar, con espíritu ejemplar, con fe ejemplar y con pureza ejemplar.
Decide ser un joven, una señorita con un cristianismo completo, enteramente preparado para toda buena obra.
Tu eres quien eres y estas donde estas por la gracia De Dios y por el trabajo de algunos anciano que en algún momento fue un joven como tu. Decide que tu cristianismo no terminará en tu generación. Decide verter tu vida en la vida de otro mas joven que tu, se ejemplo a otro mas joven que tu. Busca a alguien en quien invertir lo que se ha invertido en ti.
Ninguno tenga en poco tu juventud… sino sé ejemplo de los creyentes… en palabra, (en) conducta, (en) amor, (en) espíritu, (en) fe y (en) pureza.