La Autoridad Pastoral: Un Llamado a la Responsabilidad y la Integridad

Pastor Antonio Gómez

El pastor es también maestro, y su enseñanza no solo se transmite con palabras, sino con el ejemplo. La Biblia nos dice que los creyentes deben observar la conducta de su pastor e imitarla. Esto nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la puntualidad, la integridad y la autoridad pastoral dentro de la iglesia.

La Importancia de la Puntualidad y la Responsabilidad

Un pastor no solo es predicador; es un líder que modela con su vida los principios de Dios. La puntualidad es un aspecto fundamental del ministerio. Un maestro de pedagogía una vez le preguntó a un grupo de profesores: "¿A qué hora llega usted a su clase?" Algunos respondieron que llegaban justo a tiempo o con un margen de 15 minutos de retraso. La respuesta del maestro fue contundente: "Usted está reprobado como maestro. Un verdadero maestro debe llegar al menos 15 minutos antes, nunca después."

Aplicando esto al pastorado, un pastor debe estar preparado con anticipación, asegurándose de que todo funcione correctamente y apoyando a quienes desempeñan distintas tareas dentro de la iglesia. Su presencia temprana refleja su compromiso y responsabilidad con la obra de Dios.

La Autoridad Pastoral Según la Escritura

La autoridad pastoral es, en muchas ocasiones, malentendida, tanto por los congregantes como por los mismos pastores. En 2 Corintios 1:10-12, Pablo expresa:

"El cual nos libró y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará de tan gran muerte, cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración."

Pablo enfatiza que la congregación debe orar por sus líderes. Esta enseñanza resalta que el pastor no debe ser visto como un dictador, sino como alguien que humildemente solicita el apoyo espiritual de su iglesia. Es una relación de cooperación y dependencia en Dios.

Además, Pablo dice que su ministerio se ha conducido "con sencillez y sinceridad, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios." Un pastor no debe apoyarse únicamente en su conocimiento, sino depender de la gracia de Dios para guiar a su rebaño. La humildad y la transparencia son claves para ejercer una autoridad sana en la iglesia.

Ser Pastor Dentro y Fuera del Púlpito

Algunos pastores han dicho: "Aquí en el púlpito soy el pastor, pero afuera soy como cualquiera de ustedes." Sin embargo, Pablo nos muestra que su comportamiento era el mismo dentro y fuera de la iglesia. Un pastor debe mantener su testimonio en todo momento, sin hacer distinción entre su vida pública y privada. Su integridad y conducta deben ser consistentes.

El respeto hacia un pastor no se impone, se gana. No se trata de exigir reverencia, sino de vivir de manera que la gente valore y honre su liderazgo. Un pastor debe ser accesible, servicial y estar presente en los momentos clave de la vida de sus congregantes.

El Verdadero Propósito de la Iglesia

En la actualidad, muchas iglesias han cambiado su función principal y han pasado de ser lugares de enseñanza y discipulado a convertirse en centros de entretenimiento. Algunas congregaciones han enfocado sus esfuerzos en actividades sociales, dejando de lado la misión central de la iglesia: ganar almas y alimentar espiritualmente a los creyentes.

La iglesia no es un club social ni un centro de eventos. Su propósito es predicar el Evangelio y formar discípulos. Si el liderazgo pastoral se desvía de esta misión, la autoridad espiritual se ve comprometida.

El Respeto Hacia el Pastor

El respeto hacia el pastor ha cambiado con el tiempo. Algunos pastores han sido reducidos a meros "jefes" o figuras administrativas, perdiendo su rol como guías espirituales. Al mismo tiempo, algunos pastores han caído en la tentación de buscar beneficios personales, dejando a un lado el llamado de Dios.

Un pastor no debe exigir respeto, sino ganarlo a través de su servicio y ejemplo. Como dice Hebreos 13:17:

"Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta."

Cuando un pastor sirve con amor y entrega, su congregación responde con respeto y gratitud. La relación entre pastor e iglesia debe ser una de mutua edificación y apoyo.

Conclusión

El ministerio pastoral es un llamado a la responsabilidad, la humildad y la integridad. Un pastor debe modelar con su vida los principios de la Palabra de Dios, mantener una conducta intachable y enfocarse en la misión central de la iglesia: predicar el Evangelio y hacer discípulos.

Al hacerlo, no solo ganará el respeto de su congregación, sino que será un instrumento eficaz en las manos de Dios para impactar generaciones.

Anterior
Anterior

Decisiones que Marcan el Rumbo de tu Vida

Siguiente
Siguiente

¿Cómo Cumplió con Todo? Lecciones de la Mujer Virtuosa