El llamado y responsabilidad del pastor
La Importancia del Llamado Pastoral
El llamado de un pastor no proviene de los hombres, sino de Dios. Como bien nos recuerda Jeremías 1:5: "Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones." Esto significa que el ministerio pastoral es un llamado sagrado y no una profesión más. Es Dios quien nos escoge para esta tarea y, por lo tanto, debemos tomarla con seriedad y compromiso.
Jesús escogió a sus discípulos con dos propósitos principales:
Estar con él y fortalecer su relación con Dios.
Predicar y enseñar a otros con la verdad del Evangelio.
Como pastores, nuestra prioridad debe ser caminar con Dios. No podemos ministrar a otros si nosotros mismos no estamos en comunión con Él.
El Peligro de la Influencia del Mundo
El Salmo 1:1 nos advierte: "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado." Uno de los grandes peligros que enfrentamos hoy en día es la distracción del mundo digital. Redes sociales como WhatsApp, Facebook e incluso TikTok pueden alejar a un pastor de su verdadero propósito si no se usan con sabiduría.
Es fundamental filtrar lo que consumimos espiritualmente. Muchos pastores hoy están siendo influenciados por doctrinas modernas que atacan los principios fundamentales de la fe. La mejor forma de evitar esto es sumergirse en la Palabra de Dios diariamente, meditar en ella y aplicarla a nuestras vidas.
La Santificación y el Bautismo
Dios no solo quiere que las personas sean salvas, sino que sean santificadas. Romanos 6:4 nos dice: "Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva."
El bautismo es un mandamiento bíblico que no debe tomarse a la ligera. Es una representación de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, y un paso de obediencia en la vida del creyente. Como pastores, debemos enfatizar su importancia y asegurarnos de que se realice de la manera bíblica: por inmersión total.
La Sabiduría en la Administración
Santiago 1:5 nos enseña que si alguien necesita sabiduría, debe pedírsela a Dios. Un pastor no solo es un líder espiritual, sino también un administrador de la iglesia. Es vital manejar con prudencia las finanzas de la congregación y no poner cargas innecesarias sobre los hermanos. Un error común es solicitar préstamos o presionar a los miembros para que den más allá de sus posibilidades. En lugar de ello, debemos confiar en Dios y administrar sabiamente los recursos que Él nos provee.
La Unidad en la Iglesia
La división en la iglesia es una de las armas más efectivas de Satanás. 1 Corintios 1:10 nos exhorta: "Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer."
Las divisiones generalmente surgen del orgullo y la autosuficiencia. Algunos buscan elevarse sobre otros, en lugar de trabajar juntos en armonía. Como pastores, debemos fomentar la unidad en la iglesia, enseñando con humildad y recordando que todos seguimos a Cristo.
El Privilegio de Servir a Dios
Servir a Dios no es una carga, sino un privilegio. Pablo, en Hebreos 13:17, nos recuerda que los pastores deben velar por las almas de sus ovejas con alegría y no con quejas. La iglesia necesita líderes que reflejen gozo y entusiasmo por el ministerio, no pastores que constantemente se lamenten.
Cuando un pastor disfruta su ministerio, su familia y su congregación lo notarán y serán impactados por su ejemplo. La clave para mantener este gozo es permanecer en la presencia de Dios y recordar que nuestra recompensa final no está en la tierra, sino en el cielo.
Conclusión
El pastorado es una tarea sagrada que requiere compromiso, sabiduría y humildad. Nuestra labor no es solo predicar, sino modelar una vida de santidad y guiar a otros en su crecimiento espiritual. Mantengámonos firmes en la Palabra, busquemos la unidad y sirvamos con gozo, sabiendo que Dios es fiel y nos recompensará en su tiempo perfecto.