Texto Bíblico: 1 Tesalonicenses 5:23-28
23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
25 Hermanos, orad por nosotros.
26 Saludad a todos los hermanos con ósculo santo.
27 Os conjuro por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos.
28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.
Introducción
¿Qué hace poderosa a una iglesia? No se trata del tamaño o la cantidad de programas, sino de la obediencia y amor hacia Jesucristo. Toda iglesia que está enamorada de Jesús y es obediente a Él es una iglesia poderosa. En este mensaje, exploramos cinco prácticas esenciales para una iglesia poderosa.
I. Los Miembros Viven Vidas Piadosas
1 Tesalonicenses 5:23-24
Es esencial que los miembros vivan vidas que agraden a Dios. Pablo nos enseña que es posible vivir vidas piadosas porque Dios nos da el poder para hacerlo. La piedad se logra cuando confiamos en la fidelidad de Dios para transformarnos.
II. Los Miembros Oran por sus Líderes Espirituales
1 Tesalonicenses 5:25
La oración es fundamental para una iglesia poderosa. Los miembros deben orar especialmente por sus líderes espirituales. Pablo enfatiza la importancia de esta oración afectuosa basada en los lazos de hermandad cristiana.
III. Los Miembros Son Amistosos entre Sí
1 Tesalonicenses 5:26
La amistad y el compañerismo son vitales para la salud de una iglesia. Saludar a todos con amor y calidez crea un ambiente acogedor y fortalece la comunidad.
IV. Los Miembros Estudian la Biblia
1 Tesalonicenses 5:27
El estudio diligente de la Palabra de Dios es esencial. Pablo insta a los creyentes a leer y comprender las Escrituras para vivir vidas que agraden a Dios. Una iglesia en crecimiento da prioridad al estudio bíblico.
V. Los Miembros Viven por la Gracia de Dios
1 Tesalonicenses 5:28
La gracia de Dios es fundamental para la salvación y la vida cristiana. Vivir por la gracia nos permite enfrentar cualquier prueba y necesidad con confianza en el poder sustentador de Dios.
Conclusión
¿Somos una iglesia poderosa? Para serlo, debemos practicar estas enseñanzas. Vivir vidas piadosas, orar por nuestros líderes, ser amistosos, estudiar la Biblia y vivir por la gracia de Dios son las claves. Comienza hoy a implementar estas prácticas en tu vida y observa cómo el Espíritu Santo obra poderosamente en ti y en nuestra iglesia.
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