Salmo 11:3

Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?

Introducción

David hace una pregunta en éste salmo que debería de detenernos y pensar en nuestra fe y en nuestra religión. 

Hable de los fundamentos sobre los cuales cada Israelita había edificado su fe y su creencia en Dios. Si destruyes los fundamentos de la fe, si le quitas a la gente aquellas cosas sobre las cuales su fe en Dios se basa, su puedes persuadirles de que su religión es una farsa, o que estaba equivocada, los pones en la ruina, quebrantaras sus corazones y los harás, de todos los hombres, los más miserables. 

Los principios de nuestra fe son los fundamentos sobre los cuales están edificados la esperanza y la justicia. Y nos preocupará, por interés y por deber, estar firmes sobre los fundamentos pues si los dejamos deteriorar o si los olvidamos, ¿qué ha de hacer el justo? Buenos cristianos serán deshechas si no tuvieran a un Dios a quien acudir y en quién confiar y un futuro en qué tener esperanza.

Esto es lo que David expresa cuando propone la pregunta: “Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?”

Mire Proverbios 22:28 “No traspases los linderos antiguos Que pusieron tus padres.”

El tema del año es: “Levantando los Linderos Antiguos”. El propósito de este tema, es recordarnos de la herencia que tenemos. Recordarnos de los cercos de protección que nuestros padres, tanto personajes Bíblicos usados por Dios, como personajes históricos, han establecido para nuestro bien y para la Gloria del Padre. 

Hay una tendencia marcada en el mundo hoy en día de hacer a un lado los linderos establecidos tanto por la Palabra de Dios como por buenos hombres y buenas mujeres que nos preceden. Es un resistencia (y, disculpe el uso de esta palabra) pero es una resistencia a las “tradiciones” que nos hacen lo que somos. 

Es un desprecio hacia las Escrituras que a la vez, nos declaran la libertad que tenemos en Cristo y nos marcan los limites de esa libertad. Hacer a un lado, o traspasar los linderos antiguos que pusieron nuestros padres es jugar con el peligro. 

Tenemos que entender que Dios dio sabiduría a los hombres que uso para escribir Su Palabra. Cada amonestación, cada advertencia, cada exhortación sirve como un lindero. Cada principios, y cada dicho sabio es un fundamento. Y es sobre estos fundamentos y dentro de estos linderos que debemos de andar. 

Nuestras tradiciones no son meramente tradiciones humanas. Al decirnos “fundamentalistas” estamos declarando que estamos sobre los fundamentos, no de algún hombre que arrancó un movimiento, sino sobre los mismos fundamentos de la misma Palabra de Dios sobre los cuales nuestros padres levantaron les linderos antiguos. 

Dentro de su profecía contra Judah y la caída de Jerusalén a las manos de los caldeos, Jeremías reprueba a Israel por haberse apartado de las sendas antiguas, por su resistencia a la palabra de Dios, por su mundanalidad, por su maltrato hacia los profetas que hizo que sus sacrificios no fueran aceptables delante de Dios. Tanto se habían apartado de Dios que sus ofrendas no eran recibidas, sus oraciones no eran oídas y su esperanza se había acabado por lo que viene la amonestación: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.” Jeremías 6:16 

Si no tenemos cuidado, podremos caer en la misma situación en la que cayo Jerusalén: podríamos alejarnos tanto de Dios que no sean oídas nuestras oraciones y nuestras ofrendas no serán aceptables. 

Los caminos de los que habla Jeremías cuando dice: “paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas", son los mismos caminos de los que habla Proverbios 12:28 donde dice: “En el camino de la justicia está la vida; Y en sus caminos no hay muerte.”

Es el mismo camino del que habla Salmos 1:5-6 “Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos. 6 Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.”

¿Dónde podemos ir a pararnos a preguntar por las sendas antiguas, por el buen camino? Es sencillo – “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.” Salmo 119:9

La Palabra de Dios es ese camino. El Señor Jesucristo mismo es ese camino, él es la verdad y él es la vida. 

Los que critican las “sendas antiguas” son como aquellos hebreos a quienes Dios juzgo cuando envió a los caldeos a saquear a Jerusalén que cuando se les dijo que preguntaran por las sendas atiguas, el buen camino y que anduvieran en el, dijeron: “No andaremos”. 

¡Qué peligroso ponernos en contra de Dios! ¡Qué peligroso tener a Dios como enemigo! Hermanos, seremos criticados por pararnos firmes sobre el fundamento – por predicar duro la Palabra de Dios, por ser un poco diferentes, hasta peculiares, por vestirnos de cierta manera, por usar cierta clase de música, – ¡pero diez mil veces prefiero ser despreciado por los hombres que ser desechado por Dios!

1 Pedro 3:13-17 “¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, 15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 16 teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. 17 Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.”

Si fueren destruidos los fundamentos ¿qué ha de hacer el justo? ¿De qué sirve vivir, si no viviremos por Dios? El es nuestro propósito, él es nuestro anhelo, él es nuestra razón de vivir. 

Los linderos antiguos que pusieron nuestros padres sirven para mantenernos firmes sobre el fundamento. Y ¿quién es el fundamento? 1 Corintios 3:11 “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.”

Él es el centro de nuestra fe. Todo gira al rededor y se edifica sobre Cristo Jesus. No estamos siguiendo un hombre. Eso es andar en tinieblas. Las sectas siguen a los hombres. Nosotros seguimos a Cristo, Juan 8:12 “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”

Mire Hebreos 10:19-23 – Él es ese camino, es esa verdad, y es vida. Por el tememos acceso al Padre Hebreos 10:19-23 “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.”

Mire 2 Tesalonicenses 2:15 No predicamos tradiciones de hombres. Predicamos la doctrina de Dios. "Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.” Esto va a parecer una contradicción. No predicamos tradiciones de hombres, pero la palabra “doctrina” en este versículo es la palabra griega “parádosis” que significa la entrega de enseñanza o tradición. Dios tiene sus tradiciones. Tiene sus costumbres. Nosotros le decimos a estas tradiciones y costumbres de Dios: doctrina. Tratamos de tener mucho cuidado de no confundir la tradición del hombre con la doctrina de Dios. 

Pablo de dijo a los hermanos de la iglesia de Dios que estaba en Corinto: 1 Corintios 15:1-6 “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. 3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce.”

Ésta es nuestra tradición – nuestra doctrina. El evangelio del Señor Jesucristo. Es lo que nosotros creemos y en lo que nosotros perseveramos. 

Este es el fundamento. Y los linderos antiguos que pusieron nuestros padres sirven para mantenernos firme sobre este fundamento. Por eso es importante reconocer las sendas antiguas que constantemente nos dirigen a la protección de los linderos antiguos. 

Cuando Israel quiso buscar ayuda en Egipto por la venida inminente de Senaquerib, el rey de Asiria, Dios le promete de su gracia y les dice: “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.”

El mundo amenaza nuestra ruina. El enemigo está en contra de todo lo que hacemos y decimos. Quiere destruirnos, quiere traspasar los linderos antiguos y destruir los fundamentos. Pero Dios ofrece esperanza. Nos dice que podemos conocer el camino y andar por él. Hermano, tenemos que mantenernos dentro de los linderos. 

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