Una Oración de Gratitud y Fortalecimiento
Oremos...
Querido Señor, te agradezco por este día. Te agradezco por permitirme ver y escuchar esta mañana. Estoy bendecido porque eres un Dios perdonador y comprensivo. Has hecho tanto por mí y sigues bendiciéndome. Perdóname este día porque he pecado. Ahora te pido tu perdón. Mantenme a salvo de todo peligro y daño. Permíteme empezar este día con una nueva actitud y mucha gratitud. Ayúdame a aprovechar cada día al máximo y dar lo mejor en todo lo que se me presente. Aclara mi mente para que pueda escuchar tu voz. Amplía mi mente para que pueda aceptar todas las cosas. No me dejes quejarme y lamentarme por cosas que no puedo controlar.
Permíteme seguir viendo el pecado a través de los ojos de Dios y reconocerlo como maldad. Y cuando peque, permíteme arrepentirme y confesar con mi boca mis errores y recibir el perdón de Dios. Y cuando este mundo se cierre sobre mí, déjame recordar el ejemplo de Jesús: retirarme a un lugar tranquilo para orar. Es la mejor respuesta cuando estoy al límite. Sé que cuando no puedo orar, tú escuchas mi corazón. Sigue usándome para hacer tu voluntad.
Sigue bendiciéndome para que pueda ser una bendición para otros. Mantenme fuerte para que pueda ayudar a los débiles y no salvos. Mantenme elevado para que pueda tener palabras de aliento para otros. Oro por aquellos que están perdidos y no pueden encontrar su camino. Oro por aquellos que son mal juzgados y mal entendidos. Oro por aquellos que se niegan a compartir una palabra de ti. Oro por aquellos que no te conocen íntimamente. Oro por aquellos que solo leerán esto y no lo hablarán en sus propias vidas. Oro por aquellos que no creen.
Pero te agradezco que yo creo. Creo que Dios cambia a las personas y Dios cambia las cosas. Oro por todas mis hermanas y hermanos. Por cada miembro de la familia en sus hogares. Oro por paz, amor y alegría en sus hogares. Oro para que cada ojo que lea esto sepa que no hay problema, circunstancia o situación mayor que Dios. Cada batalla está en sus manos para que Él la luche. Oro para que estas palabras sean recibidas en los corazones de cada ojo que las vea y cada boca que las confiese voluntariamente. Esta es mi oración. En el nombre de Jesús, Amén.
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