Permaneciendo en Cristo: Un Llamado a Buscar Su Rostro Siempre

Por Pastor Jonathan Ashcraft

¿Cuál es el Secreto para Vivir la Vida Cristiana?

1 Crónicas 16:11 nos dice: "Buscad a Jehová y su poder; Buscad su rostro continuamente." La respuesta es sencilla: vivir la vida cristiana no es un secreto complicado, sino una práctica diaria de buscar el rostro de Dios. Sin embargo, en el mundo actual, la religión se ha convertido en una rutina, en algo que parece una obligación, una formalidad que necesitamos cumplir para hacer feliz a Dios. La triste realidad es que Dios rechaza este tipo de religiosidad tibia, como se menciona en Apocalipsis 3:15-16:

"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”

Dios no está interesado en oraciones mecánicas ni en palabras vacías. La verdadera devoción es buscar a Dios sinceramente, con todo nuestro corazón.

No Se Trata de Buscar Religión o Espiritualidad

La Biblia no nos enseña a buscar religión, ni siquiera espiritualidad por sí misma. Tampoco nos llama a buscar iluminación. En cambio, nos llama a buscar su rostro continuamente. Este es el verdadero propósito de nuestra vida cristiana: mantener una relación constante con Dios, no a través de rituales vacíos, sino a través de una conexión genuina y continua.

Permanecer en Cristo: El Llamado a Vivir en Él

La Biblia nos manda a permanecer en Cristo. ¿Qué significa esto? Permanecer implica continuar morando, quedarse en Él, estar constantemente conectados. Este no es un plan para la salvación, porque ya somos salvos sin obras (Romanos 4:5). Sin embargo, permanecer en Cristo es lo que nos permite vivir de manera victoriosa como cristianos y ser efectivos en la misión de ganar almas para Él.

Jesús lo explica claramente en Juan 15:4-8:

"Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.."

Aquí, Jesús nos enseña que, sin Él, no podemos hacer nada. La clave de una vida cristiana fructífera es permanecer en Él y permitir que sus palabras habiten en nosotros.

El Peligro de Trabajar en la Carne

Muchos de los esfuerzos religiosos de hoy en día se realizan en la carne, sin depender del Espíritu de Cristo. Un ejemplo de esto es el ministerio de Martin Luther King Jr., quien, aunque hizo importantes contribuciones en su lucha por los derechos civiles, rechazó la divinidad de Jesús y la salvación a través de Él. Como resultado, todo su trabajo religioso, aunque bien intencionado, fue en vano. Sin Cristo, nada puede ser verdaderamente fructífero. Como está escrito en Apocalipsis 3:15-16, si no permanecemos en Cristo, seremos como ramas secas, echadas fuera y quemadas.

Permanecer en la Doctrina de Cristo

El verdadero permanecer en Cristo también significa permanecer en su doctrina. En 2 Juan 1:9 leemos:

"Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo."

La doctrina de Cristo es esencial. La Palabra de Dios, que es la encarnación de Jesús mismo (Juan 1:1, 14), debe permanecer en nosotros. No hay salvación ni fructificación espiritual fuera de esta verdad.

El Llamado a Escudriñar las Escrituras

Jesús nos invita a buscar la verdad en las Escrituras, como lo dijo en Juan 5:39: "Escudriñad las Escrituras..." Al hacer esto, buscamos su rostro y profundizamos nuestra relación con Él. La Palabra de Dios es nuestra guía para vivir conforme a su voluntad y para fortalecer nuestra fe.

Conclusión: Buscar a Dios Constantemente

Como creyentes, nuestro llamado es buscar el rostro de Jesús siempre. Esto significa dedicar tiempo a escudriñar las Escrituras, pasar tiempo en oración y disfrutar de la comunión con nuestro maravilloso Dios. Permanezcamos en Él para vivir una vida cristiana auténtica, fructífera y transformadora.

 

Photo by Ümit Bulut on Unsplash

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